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Rómulo, baja colateral en la pugna de Américo y Cabeza de Vaca
Aquella mañana del 17 de marzo, pero de 2020, quedó para la posteridad. Un sonriente doctor Hugo López-Gatell Ramírez comenzaba a cobrar fama nacional por ser el vocero oficial de la evolución de la pandemia en México y también por estar a cargo de las políticas públicas contra la enfermedad que hasta ayer ha batido todas las previsiones y sus propios pronósticos, con un millón 763 mil 219 personas que han dado positivo al Covid 19 y 149 mil 84 decesos.
Durante su acostumbrada conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado, en un atestado Salón Tesorería de Palacio Nacional, si limitaría sus giras para evitar contagios del nuevo coronavirus. El tabasqueño, quitado de la pena, dijo que el epidemiólogo le diría la fecha.
«Él me va a decir cuándo no sea conveniente que me reúna con mucha gente o que ya no debería ir a esos actos, ni saludar, ni dar abrazos, ni besos, ni nada, él me va a decir cuándo». Y abrazó al doctor Gatell. Éste, en correspondencia, sonrió de oreja a oreja y tomó el micrófono.
«La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio. En términos de una persona o de un individuo que pudiera contagiar a otros, el Presidente tiene la misma probabilidad de contagiar que tenga usted o que tenga yo. El Presidente no es una fuerza de contagio, no tiene por qué ser una persona que contagie a las masas o al revés», sostuvo López-Gatell.
A 10 meses de distancia de tal despropósito, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud nunca se atrevió a pedirle a López Obrador que ya era conveniente guardarse en su palacio. A lo más que llegó el mandatario fue a usar cubrebocas, en primer lugar, obligado por una gira a Estados Unidos a fin de ver al expresidente Donald Trump y poder subir al avión comercial que lo llevó a Washington. Y luego, en sus demás vuelos por el país, debido a que es una regla usarlo. Pero en su camioneta nunca lo porta (pobre de su chofer) y en los eventos públicos tampoco.
La bomba estalló anoche, cuando él mismo informó en Twitter que contrajo Covid 19, con síntomas leves; él, que es hipertenso y forma parte de los grupos de riesgo, además por sus 67 años de edad. Esto ocurrió luego de pisar suelo potosino, donde realizó una gira de dos días, para un par de actos públicos, acompañado del gobernador Juan Manuel Carreras López, y los secretarios de Defensa, Marina, Seguridad Pública, mandos de la Guardia Nacional, alcaldes y demás personas que se hayan cruzado en su camino.
Se le desea al Presidente una pronta recuperación y que sus síntomas leves se mantengan en ese nivel, pero llegó el momento de dar un golpe de timón y reconocer que también es un ser humano que con todo y estampitas y su fe, se enfermó de Covid 19, pero queda la pregunta: ¿Es fuerza de contagio? El saldo de sus giras de este fin de semana lo dirá, en los próximos 14 días, aunque ya empezaron a decir que se sienten perfectamente bien el gobernador Juan Manuel Carreras López, el alcalde de Soledad de Graciano Sánchez Gilberto Hernández Villafuerte y los que se sumen. ¡Aguanten, mis valientes!