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OAXACA, Oax., 9 de enero de 2021.- El descubrimiento del arqueólogo Alfonso Caso Andrade, la Tumba 7 de Monte Albán, cumplió 89 años de haber cambiado por completo la arqueología en México. El hallazgo, rico no solo en joyas, sino en historia, ocurrió el 9 de enero de 1932, y puso en escena a las culturas zapoteca y mixteca entre las grandes civilizaciones mesoamericanas.
En la Tumba 7 se encontraron diversos materiales como concha, coral, perlas, turquesa, cristal de roca, obsidiana, alabastro, azabache, ámbar, oro, plata, cobre, barro y dientes, así como huesos de animales con finos grabados tipo códice; que evidenciaron el esplendor del arte mixteco en cada una de las más de 600 piezas que lo conforman. Este descubrimiento originó un sinnúmero de investigaciones que actualmente siguen vigentes, desentrañando los secretos que ofrece el recinto funerario.
En los años 60, Alfonso Caso concluyó que la ofrenda pertenecía a grupos mixtecos que en el periodo Posclásico (1250–1521 d.C.) reutilizaron la tumba zapoteca del Clásico (0–100 d.C.), para enterrar a sus nobles y dedicarles los exquisitos objetos que representan a deidades y en algunos casos llevan inscritos pasajes de su devenir. En la Tumba 7 de Monte Albán fueron encontradas más de 200 diademas de oro laminado, así como brazaletes de oro, plata, cobre, obsidiana y concha; broches, pectorales, collares y otros objetos metálicos; un cráneo decorado con mosaicos de turquesa, un caracol trompeta y diversos objetos de cerámica mixteca.
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