Padre Pistolas/ Quadratín Michoacán
Vete, pero no peques más
- En el evangelio de San Juan aparece como cada año, este escenario de la mujer encontrada en adulterio y que querían apedrear y más bien querían ponerle una trampa a Cristo, para acusarlo ante los sumos sacerdotes y matarlo, si decía que la apedrearan, en donde estaba la misericordia que tanto predicaba y si decía que le perdonaba se ponía en contra de la ley y entonces el apedreado era Cristo.
- La ocasión fue en la fiesta de las tabernáculos que la gente acostumbraba ese día, dormir en casas de campaña en las afueras de Jerusalén o en las azoteas, para recordar los 40 años que vivieron en el desierto en la conquista de tierra santa por lo tanto se prestaba para cometer adulterio.
- Es de notarse el machismo de la cultura judía, heredado al cristianismo, si el adulterio era cometido por una pareja ¿En dónde estaba el varón que también deberían de castigar? ¿Por qué no castigar también al varón?
- Siempre ha habido una fuerte discusión sobre dos extremos, o se perdonaba fácilmente los pecados con una simple confesión y muchos dicen voy a darle vuelo a la hilacha con las mujeres, a emborracharme y robar, que al cabo con que me confiese al morir con el padre Pistolas y asunto arreglado y por otra no confesarse nunca o no creer en el perdón de los pecados y estarlos confesando cada rato y vivir siempre con cargos de conciencia.
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