
Reformas cruciales a la CURP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 31 de marzo de 2025.- Ha transcurrido poco más de una semana desde aquel viernes en que Daniela despedía al pequeño Ian afuera del colegio en la colonia Aviación, el niño le dio un abrazo más fuerte que de costumbre porque se verían hasta el domingo, cuando su padre lo devolviera tras pasar los dos días reglamentarios conviviendo con el menor.
«No le gustaba mucho irse con su papá y así lo convencí, le pedí que se portara bien, le prometí que al regresar le daría un T-Rex, le encantan los dinosaurios; por eso estaba emocionado, me apretó más fuerte y me dio un beso muy efusivo, que he recordado todos estos días, me duele porque es como si el niño sintiera y se estuviera despidiendo de mí», narra su madre.
Dos días después, no tuvo noticias del niño y su padre dejó de responderle las llamadas o mensajes. Como único rastro de lo que estaba tramando, dejó un estado en su WhatsApp que heló el corazón de la afligida joven: «Riendo se la hiciste y llorando se la vas a pagar».
Daniela estuvo casada con Juan José durante casi 4 años, la edad del niño, por diferencias irreconciliables decidió separarse por la vía legal y procurarle a su hijo una relación sana entre ellos; sin embargo, Juan José no aceptaba del todo el fin de su relación marital y aún después de firmados los documentos del divorcio, la hostigaba, vigilaba y acosaba sistemáticamente, amenazándola para que no iniciara ninguna otra relación sentimental.
De acuerdo con el testimonio de la mujer, su expareja llegó a instalarle GPS para mantener vigilados sus movimientos, además de micrófonos y grabaciones que luego usaba para recriminarle; pese a ello, por parte de la familia de Daniela solo recibió trato amable, seguían abriéndole las puertas de su casa para que conviviera con el pequeño y la separación fuera más tersa para él.
«Ahora creo que fue mi error, yo nunca me negué a que lo viera, a que estuvieran juntos, le compartí siempre los avances escolares del niño, sus alegrías, su crecimiento y todo, porque pensé que dejamos de ser pareja, pero nunca sus padres».
El pasado viernes 21 de marzo, tuvo la última comunicación con el papá del niño para avisarle que ya estaba todo en orden para que lo recogiera en la escuela; y así ocurrió, pero esta vez, con la intención de no devolvérselo.
Cabe citar que el menor tiene necesidades educativas especiales por un problema de lenguaje y la preocupación de Daniela, quien tiene la custodia legal de Ian, crece conforme transcurren los días.
«Yo solo le pido a quienes nos ven, que compartan la imagen de mi niño y nos proporcionen cualquier información; a él (su papá) le digo que se toque el corazón si de verdad ama a nuestro hijo, no puede estarle haciendo este daño porque un pequeño necesita y siempre va a necesitar a su madre».