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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 17 de octubre 2020.- El presidente Andrés Manuel López Obrador encomendó a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, traer de regreso a México piezas históricas y arqueológicas del país que se encuentran en el extranjero, con el objetivo de exponerlas en el territorio nacional ante el Bicentenario del fin de la Guerra de Independencia el próximo año, la conmemoración del 500 aniversario de la conquista de España y los 700 años de la fundación de Tenochtitlán.
“(…) queremos mostrar a los mexicanos la grandeza cultural de nuestro pueblo que, por lo intereses de quienes nos invadieron y colonizaron, fue distorsionada; téngase en cuenta que, desde hace 500 años, se narró que aquellos pueblos originarios de Mesoamérica eran atrasados y bárbaros y que, gracias a la conquista fueron civilizados. (…). Es por ello que nos importa mucho insistir en la grandeza del México prehispánico”, señala el Presidente en la carta enviada al gobierno de Italia.
Esta solicitud, junto con la petición a España y a El Vaticano de pedir disculpas por los abusos cometidos en la Conquista, han vuelto a traer ciertas críticas, tanto a favor como en contra del mandatario. Sin embargo, la recuperación de estos tesoros puede ser complicada e incluso llegar a batallas legales.
PENACHO DE MOCTEZUMA
Entre los objetos que se reclaman se encuentra el penacho de Moctezuma, expuesto en el Museo del Mundo, de Viena. Se trata de un quetzalapanecáyotl o tocado de plumas de quetzal que se cree perteneció al último emperador azteca, Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520).
Es un tocado formado por plumas de quetzal, oro, plata y cobre, con una altura de 116 centímetros por 175 de diámetro. La historia cuenta que el penacho fue un regalo del emperador azteca al conquistador Hernán Cortés, cuando este llegó a América en 1519.
La BBC señala que Cortés hizo llegar el penacho al rey Carlos I de España y V de Alemania. Sin embargo, después de estar en manos de la corona española, existe un hueco sobre la historia de la pieza hasta que a finales en el siglo XVI fue localizada en la colección privada del archiduque Fernando II de Habsburgo, quien era pariente de Carlos I.
No obstante, no fue sino hasta el siglo XIX cuando el penacho fue identificado y atribuida su procedencia a México.
De acuerdo con el diario español El País, este tesoro azteca ya había sido solicitado por México al gobierno austriaco en 1991, sin tener ninguna respuesta. Se volvió a solicitar en 2011, en un intercambio temporal del penacho por la carroza dorada del emperador Maximiliano de Habsburgo que se exhibe en el Museo Nacional de Historia, en la Ciudad de México.
En esa ocasión, después de que el penacho fue restaurado por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) entre 2011 y 2012, los especialistas de ambos países determinaron que la pieza se encuentra en un estado frágil, por lo que no era viable su traslado por ninguna vía, hasta que no exista una tecnología que pueda impedir cualquier vibración.
Para este 2020, el curador del museo austriaco, Gerard van Bussel, ha informado a la agencia EFE que tienen que pasar al menos 10 años para poder mover la pieza, además que haría falta un avión de 300 metros para poder compensar cualquier vibración durante el traslado, ya que esto podría destruir el penacho.
CÓDICE FLORENTINO
López Obrador también pidió, con garantías de devolución, la obra Historia general de las cosas de Nueva España, también conocido como Códice Florentino. Tesoro cultural escrito entre 1540 y 1548 por fray Bernandino de Sahagún en tres lenguas: náhuatl, latín y castellano, actualmente en la Biblioteca Medicea Laurenziana.
De acuerdo con la carta enviada al presidente italiano Sergio Mattarella, el codex es “un testimonio muy valioso sobre la vida cotidiana y cosmogonía indígenas y contiene ilustraciones realizadas por tlacuilos, los antiguos ilustradores mexicanos”.
El INAH establece que fue descrito por primera vez en 1793 por Ángelo María Bandini, quien le dio el nombre de Códice Florentino.
CODEX COSPI O BOLOGNA
El Codex Cosi o Bologna también se encuentra entre los tesoros solicitados al gobierno italiano. Este pertenece a la cultura del valle náhuatl o mexica y fue escrito antes de la conquista española; en él se revelan los avances que tenía dicha cultura sobre las matemáticas y la astronomía.
Se encuentra pintado en piel, posiblemente de venado, y aderezada con tiza. Gracias a que cuenta con cubiertas colocadas en el siglo XVI o principios del siglo XVII, continúa bien conservado.
No obstante, se desconoce cómo y cuándo llegó al continente europeo, aunque se sabe que en 1665 fue obsequiado por el Conde Valerio Zani al Marqués Fernando Cospi quien, a su vez, lo donó a la Biblioteca de la Universidad de Bolonia donde se conserva hasta la actualidad y por lo cual lleva su nombre.
En caso de que el gobierno italiano apoye a México para el préstamo de estas dos piezas, el país correspondería enviar una exposición de piezas arqueológicas de la cultura olmeca, maya o mexica, o cualquier otra del Pacífico, centro o norte del territorio mexicano.
“O bien aportar obras que pudiesen ser de su interés, de grandes artistas mexicanos como Frida Kahlo, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y otros. Estamos abiertos a sus sugerencias”, señala el presidente en la carta.
Además de Italia y Austria, Gutiérrez Müller también fue recibida en Francia por Brigitte Macron, esposa del presidente Emmanuel Macron. Al gobierno francés también se le ha solicitado piezas arqueológicas para el mismo propósito de las festividades en 2021.
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