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Triunfa María Isidora Rodríguez en los 50 km de la Gran Carrera del Desierto
A la oposición se le ha cargado la mano por su ineficacia para contener la avalancha lopezobradorista. La idea requiere matices y precisiones. Por una parte, no ha sido del todo ineficaz en la medida que impidió a la coalición gobernante hacerse con la mayoría calificada en la Cámara de Diputados en la elección intermedia. Por la otra, no hay una oposición, sino un mosaico diverso de proyectos, visiones e intereses fuera de la órbita oficialista.
La cuestión central es si conviene un gran frente opositor que incluya a las cuatro fuerzas políticas, o ir a la contienda de manera independiente. Pareciera que PRI, PAN y PRD ya resolvieron, no así Movimiento Ciudadano, al que algunos ven como esquirol en este esfuerzo opositor para derrotar a López Obrador y a quien sea su candidato (a). La situación es menos clara de cómo la ven la tríada y los promotores de la alianza opositora, Va por México.
La lógica lineal y simple indicaría que para derrotar a la coalición gobernante se necesita oposiciones unificadas. Ayunos de propuesta, por el momento, se asume que la derrota de AMLO sería por sí misma suficiente, y quizás; pero, para ganar votos se requiere de mucho más y aunque la fortaleza del Presidente no se transmite a su candidato (a), no debe soslayarse su respaldo popular, y sus propuestas, por insensatas que sean cuentan con aval popular. En el ámbito de la oposición no es difícil hacer campaña contra el presidente (entre 20% y 25% de los votos), la situación es diferente en el espectro de la mayoría de los electores, desencantados más con el pasado que con el presente.
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