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CIUDAD DE MÉXICO. 26 de septiembre de 2022.- En Latinoamérica y, particularmente en México, se ha construido un modelo social de ser una madre perfecta, lo que implica estar siempre dispuesta, no sentir cansancio ni culpa, atender a todos los miembros de la familia, además de realizar un trabajo remunerado.
Esta situación, sumada a factores externos al hogar como la presión social y, en algunos casos, enfrentarse a la maternidad y la crianza de los y las pequeñas sin una red de apoyo, puede desencadenar en las mamás -tanto embarazadas como posterior al parto- alteraciones psicoemocionales como ansiedad, depresión, frustración, pánico, irritabilidad o cansancio extremo, afirma Gabriela Pérez Negrete, psicoterapeuta con más de 10 años de experiencia en consulta.
Lo anterior puede traer graves consecuencias tanto en las mamás que padecen estos trastornos, mismas que se pueden manifestar con dolores de cabeza, problemas digestivos o intestinales, contracturas musculares, riesgos cardiacos y una importante baja de defensas lo que las hace más propensas a enfermarse, como en los y las pequeñas quienes se enfrentan a una situación de estrés constante.
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