Confirma la SSPE enfrentamiento al sur de Culiacán, en Costa Rica
El presidente López Obrador tiene obsesión por el control. La realidad es su realidad, no lo que ocurre. La mañanera es más que un ejercicio de propaganda o de ajusticiamiento mediático a los adversarios, ha sido un recurso exitoso para construir su realidad a la medida de sus pulsiones y visión. La disciplina en Morena es mayor a la del régimen priísta en sus peores momentos; por igual somete al partido y a sus legisladores. También a los empresarios, a casi todos los medios de comunicación y a cualquier sector fuera del oficialismo. Excepciones son la Iglesia Católica, los inversionistas y un tanto el gobierno norteamericano.
La derrota en la elección pasada afectó a la Iglesia. Lo abrumador y el fiasco opositor en la elección de legisladores fue inesperado. Sin embargo, los inversionistas resuelven sus filias a partir de sus intereses y el resultado que erige una presidenta con amplios márgenes de discrecionalidad no es factor de certeza, quizás sí para algunos grandes empresarios que siempre han usufructuado su cercanía con el poder, no para los más, como ha quedado de manifiesto por el Consejo Mexicano de Negocios y el CCE.
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