Asaltan a familia y le roban camioneta en carretera SLP- Guadalajara
Vivimos en constante cambio. Heráclito lo describió con gran filosofía: “no es posible bañarse dos veces en el mismo río”.
Con el candor de los 16 años, ignorando los cimientos de la vida adulta en la recepción de Televalles, escuché por primera vez la convocatoria: “¿vamos a la casa de campaña?”, creyendo ingenuamente que hablaban de una tienda de acampar, no de un cuartel político. El nuevo siglo nacía, y con él, yo acudí a mi cita a ciegas con el periodismo.
Han pasado 22 años, ya recorrí redacciones, cabinas de radio y estudios de televisión, sintiendo siempre el vértigo estomacal de aquel verano cubriendo mis primeras campañas electorales; también viví el apremio de ganar una primera plana en El Mañana para cobrar un bono extra en la quincena.
Sin olvidar el escándalo del ¡paren prensa! con el secuestro de Nelly Esper Sulaimán, el 30 de mayo de 2004; yo pasaba frente a la rotativa con el sol huasteco de mediodía y una cuota de notas escrita con lápiz, guardaba con recelo en un block de taquigrafía.
Catorce años después (en 2018) apostaba todo por mi primer empleo en la capital del estado, con el naciente proyecto de Agencia Quadratín. Sin pensarlo mucho, vendí un televisor que recién había ganado en un desayuno para celebrar el Día de la Libertad de Expresión, y así costear el viaje a mi primera entrevista de trabajo en la oficina de Valentín Gama.
Ahí, pasé por cada peldaño: una prueba como reportera por una semana; después de ocho meses, jefa de información y, finalmente, directora editorial tras dos años de mucho esfuerzo, hijos enfermos, desvelos, días sin mirar el reloj ni las festividades del calendario.
En el naciente año, y gracias a la confianza del director general de Quadratín Agencia Mexicana de Información y Análisis, Francisco García Davish, me honra asumir la dirección general en San Luis Potosí para iniciar una etapa de periodismo libre, independiente y responsable, sin ataduras.
Un espacio que defienda la credibilidad en una atmósfera saturada con lo instantáneo, con lo impreciso, en la que todos comunican en plataformas sociales, pero pocos –muy pocos- informan con el rigor periodístico que hace la diferencia en el internet.
Quienes amamos contar la historia sabemos que esta vocación nos transforma, demanda tiempo y una resistencia que suele desafiar nuestros propios límites: fluimos, evolucionamos, y siempre dejamos algo de nosotros en el caudal, algo que perdure.
Quadratín San Luis Potosí lo ha logrado, resultado de las manos, corazones e intelectos de mujeres y hombres que fraguaron sus cimientos: reporteros (as), editores (as), productores audiovisuales, administradoras, directores generales e inversionistas. A todas y todos, gracias.
Ahora nos despedimos para reiniciar de cero, reconociendo su esfuerzo para llegar hasta aquí. Con gratitud, miramos al pasado, y con mucha determinación, abrazamos el futuro.
Aquí ya no somos los mismos, tampoco el río.
Para el 2025: pondremos corazón, constancia, trabajo y, recordando a Borges, pases cortos, porque el tiempo avanza, pero la lucha por nuestros sueños lo trascienden.
LO GRANDE COMIENZA. ¡MUCHAS GRACIAS!