
El 63% de trabajadores mexicanos no se desconecta ni en sus descansos
Desde la creación de Morena el PRD vive dificultades mayores. López Obrador lo despojó de mucho, especialmente de un sentido de representación de la izquierda. Pero el PRD es más auténtico en este aspecto, independientemente de su alianza con el PAN, partido que para muchos es la representación de la derecha. Los problemas son de tal proporción que está de por medio no el triunfo electoral, sino la sobrevivencia de la organización. A pesar del giro conservador, militarista y autoritario del presidente López Obrador, la inercia de estar o continuar en el poder no ha llevado a la salida de figuras relevantes, con la excepción de Porfirio Muñoz Ledo y la distancia pública de intelectuales de calado como José Woldenberg o Roger Bartra. Ante el giro de López Obrador la izquierda democrática requiere de representación política. Morena está muy lejos y de origen y destino es partido de caudillo.
De los tres partidos del Frente, el PRD tiene la dirigencia con mayor experiencia, solvencia política y de donde vino la apertura a la idea de democratizar la selección de candidato presidencial. Marko Cortés y, sorpresivamente, Alejandro Moreno fueron persuadidos por Jesús Zambrano y Guadalupe Acosta para democratizar el proceso y abrir espacio a la representación ciudadana. Lo alcanzado por ahora convalida y acredita la construcción de una coalición opositora en tales términos. Por primera vez, desde la elección de 2018, la oposición ha estado en el centro de la atención pública y en el debate nacional, lo que no es cualquier cosa y apunta a una contienda competida para 2024.
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