Quadratín 2025: nace NL, fragua internacionalización, ajusta Edomex y SLP
OAXACA, Oax. 16 de octubre de 2021.-Las ciudades y sus alrededores pueden tener una mejor calidad de vida. Para ello es necesario utilizar las herramientas adecuadas que aporten a soluciones concretas. Éstas provienen de determinadas filosofías y metodologías. Una de ellas se conoce como “Ciudad Inteligente” (Smart City por su nombre en inglés).
El estratega de adaptación climática Boyd Cohen describe las diferentes etapas del desarrollo en el pensamiento de las ciudades Inteligentes desde sus inicios hasta la actualidad. En la primera etapa la tecnología es el motor que impulsa los cambios, sin pensar demasiado en implicaciones de las soluciones tecnológicas o cómo pueden afectar la calidad de vida de los ciudadanos. Una segunda etapa es que las ciudades comienzan a liderar los procesos, restando espacio a los proveedores de tecnología. En esta etapa el municipio, liderado por alcaldes y administradores de la ciudad con visión de futuro, toma la iniciativa para determinar cuál es el futuro de su ciudad y cuál es el papel del despliegue de tecnologías inteligentes y otras innovaciones. En la tercera etapa, las ciudades inteligentes comienzan a adoptar modelos de co-creación ciudadana. Ejemplo de ello es la ciudad de Viena, donde el gobierno ha tenido un fuerte enfoque en la participación ciudadana para abordar la vivienda asequible y la igualdad de género.
De acuerdo con Naciones Unidas, en 2050, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades y áreas urbanas. Esto obliga a pensar principalmente como será el uso de energías alternativas, las redes de transporte urbano, y los manejos y saneamiento de aguas residuales. A nivel mundial, gobiernos y profesionales son conscientes de los diversos desafíos que enfrentan las ciudades. En Latinoamérica los desafíos son similares: falta de espacio para una movilidad sustentable, la condición del agua y sus afluentes, falta o la ausencia de espacios verdes, las urbanizaciones sin control, el cambio climático, la pobreza, la inseguridad, la inclusión social, el deterioro económico, entre otros.
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