Recibirán trabajadores al servicio del Estado vales de fin de año
La flor de cempasúchil es una de las especies nativas del país más conocida e importante de la cultura de México, símbolo inconfundible de las festividades del Día de Muertos.
El vocablo proviene del náhuatl Cempohualxochitl, que a su vez está compuesta por cempohuali, el número 20 y xochitl, flor. Por lo que puede traducirse como “flor de veinte pétalos” o “muchas flores”.
Aunque es mayormente conocida con el nombre de cempasúchil, esta flor cuenta con varios nombres, como flor de muerto, cempasochil, cempoal, flor de difunto, flor de niños, veinte flores, entre otros. Mientras que en mixteco es conocida como yita cua; en cora, es púua; ts’uul xpujuk, xpa’ajuk y xpayjul en lengua maya; y en tenek es k’uchid huitz, santorum huitz.
La flor comienza a trabajarse a parto de julio y se cosecha a principios de octubre en los estados de Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Estado de México, San Luis Potosí, Tlaxcala y Durango. Llega a alcanzar más de 13 mil 900 toneladas al año.
Durante la época prehispánica y para los mexicas, los pétalos de la flor simbolizaban el sol debido a su intenso color amarillo, por lo que solían utilizarla como adornos en sus tumbas, altares y ofrendas, pues consideraban que sus corolas guardaban el calor del día, mientras que su aroma guiaba a los muertos a su destino.
En la actualidad la flor es utilizada en el altar de muertos; sus pétalos ayudan a marcar el camino hacia la ofrenda y guía a las almas que regresan durante el Día de Muertos al mundo de los vivos.
Además de utilizarse en los altares, la “flor de 20 pétalos” tiene propiedades medicinales que ayudan a mejorar los cólicos estomacales y eliminar los parásitos intestinales; también es utilizada para la pigmentación de alimentos y en la agricultura tiene funciones de biocida, así como abono orgánico.
FLOR QUE DESTELLA EN SLP
Desde octubre, floristas de los mercados República e Hidalgo comienzan a llevar a sus puestos la flor de cempasúchil para vender a las familias y las escuelas que lo utilizarán en sus altares.
Aurora, quien trae la flor desde Ahualulco, indicó que cada año la gente llega a comprar en menor cantidad, debido a la falta de recursos. Aunque la flor se mantiene en su precio, las lluvias pueden afectar su calidad y, por ende, su precio, además que ha dejado de producirse en mayor cantidad, debido a la falta de agua para los campos.
“Hace diez años donde quiera veías amarillar las milpas llenas de flores, ahorita ya es uno aquí y otro por allá”, comentó.
Por su parte, María Hernández indicó que comienzan a vender las flores desde los días 25 y 26 debido a las escuelas, mientras que los días 29 y 30 comienzan las ventas para los altares en las casas.
Además de Ahualulco, también adquieren las flores de la Rinconada, Maravillas, Estanzuela, partes de Saucito, Soledad de Graciano Sánchez, Mexquitic de Carmona, Santa María del Río, Villa de Reyes, Villa de Arista, Tierranueva, Moctezuma, Matehuala, Cedral y la capital potosina.
En el mercado suelen vender un manojo entre 15 y 20 pesos, aunque los precios también llegan a los 60 e incluso 200 pesos, si se vende por tercios.
UNA LEYENDA DE AMOR
Durante la época de los antiguos dioses del México prehispánico, existieron Xóchitl y Huitzilin, quienes estuvieron unidos por el amor desde que eran niños. Cuenta la leyenda que todas las tardes subían la montaña dedicada a Tonatiuh, el dios azteca del Sol y juraron amarse por siempre.
La guerra llegó y Huitzilin tuvo que separarse de Xóchitl para defender las tierras aztecas. Tiempo de después, había muerto y Xóchitl acudió a Tonatiuh para que la liberara de su sufrimiento y la llevara junto a su amado.
Huitzilin, agradecido por las ofrendas dejó que sus rayos cayeran sobre Xóchitl y la transformó en una hermosa flor con pétalos de un intenso amarillo, como el mismo sol.
Huitizlin reencarnó en aquel colibrí y al hacer contacto con la flor, esta abrió sus 20 pétalos liberando su intenso aroma. Y así siguieron juntos.
EN NÚMEROS
13,900 toneladas anuales se producen en México.
797 toneladas en SLP.