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CIUDAD DE MÉXICO, 29 de agosto de 2023.- La película Barbie no solamente marcó un hito en el ámbito cinematográfico, sino que también generó un impacto cultural significativo en diversos niveles. Este proceso de transformación abarcó desde la redefinición de la percepción de la marca, que ha estado arraigada en la idea de inclusividad durante años, hasta una estrategia de promoción meticulosamente diseñada durante más de seis meses. Esta estrategia comprendió a la perfección las complejidades del marketing de entretenimiento y la importancia de establecer conexiones sólidas con las comunidades digitales a través de más de 100 colaboraciones oficiales.
De acuerdo con un comunicado, la producción de la película tuvo un presupuesto de 145 millones de dólares, con más de 100 millones destinados a su comercialización. Como resultado, en el último mes, las acciones de Mattel han experimentado un incremento de más del 15 por ciento, mientras que las ventas de muñecas a través del sitio web se han elevado un 56 por ciento. Con estas cifras en mente, es plausible anticipar un continuo aumento en estos números, ya que el impacto de esta estrategia promete superar los límites de la premiere.
Desde etapas anteriores, las marcas que optaron por asociarse con Barbie cosecharon beneficios en diversas formas mucho antes del lanzamiento de la película. Esto se tradujo en aumentos en las ventas y en la mejora de la percepción de su propia imagen. Este fenómeno se ha observado de manera transversal en distintas industrias, que van desde la juguetería y la moda hasta la tecnología y la alimentación. Todas ellas anhelaban ser parte del fenómeno Barbie, y todo indica que continuarán aplicando, de maneras diversas, esta nueva perspectiva publicitaria. Más que centrarse exclusivamente en el anuncio de la película, la estrategia se ha desplegado de manera multifacética, inundando el panorama con un distintivo matiz de «rosa Barbie».
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