
Concientizan sobre riesgos por uso excesivo de tecnología, SECESP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 16 de junio de 2025.- Han transcurrido 36 años, era un 28 de octubre de 1989 cuando San Luis Potosí vivió uno de los episodios más recordados en su historia cultural: fue cancelado el concierto que daría la banda británica Black Sabbath en el Estadio Plan de San Luis.
La presentación formaba parte de la gira que marcaría el primer concierto de heavy metal en México, pero fue suspendida por autoridades municipales, alegando que el grupo promovía ideas contrarias a los valores sociales.
La ciudad estaba gobernada entonces por Guillermo Pizzuto Zamanillo, presidente municipal con vínculos con grupos conservadores y religiosos.
Bajo ese contexto, y con el respaldo de sectores católicos, se canceló el evento señalando que la agrupación incitaba al satanismo y a la perdición de la juventud.
La clausura del estadio y la suspensión repentina generaron disturbios y protestas entre los asistentes, muchos de ellos provenientes de otros estados e incluso del extranjero.
Algunos jóvenes fueron detenidos por la policía, mientras otros buscaron refugio en barrios cercanos como El Tecuán.
De acuerdo con testimonios de la época, universitarios y familias solidarias protegieron a los afectados, tras una movilización que evidenció el choque entre expresión cultural y autoridad moral.
El caso es recordado como un ejemplo del ambiente de censura y control ideológico que caracterizó a finales de los años 80 en San Luis Potosí, en una etapa en que diversas expresiones artísticas eran reguladas bajo criterios religiosos.
En años recientes, San Luis Potosí ha experimentado una transformación cultural.
Artistas internacionales como Till Lindemann y otras bandas han ofrecido conciertos en libertad, sin intervenciones por parte de grupos religiosos o conservadores.
El arte y la música hoy se reconocen como derechos culturales, y la sociedad potosina continúa apostando por una expresión artística sin censura ni imposiciones.