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CIUDAD FERNÁNDEZ, SLP., 14 de febrero de 2020.- En la casa hogar Los Años Dorados en Ciudad Fernández, San Luis Potosí, se encierra una historia que nos enseña que el amor es paciente, es un regalo de Dios y que por supuesto para amarse, nunca hay edad.
Dos corazones solitarios jamás esperaban que iban a encontrar el amor en el atardecer de su existencia, en un noviazgo puro y sincero, sin ataduras, solo por la felicidad de su existencia; así son Doña Lorenza y Don José, la pareja de novios más hermosa y longeva que tiene San Luis Potosí
Con historias de vida tan contrastantes, conocimos como Don José es un rioverdense viudo, jubilado de la UNAM en la CDMX donde trabajó como jefe de servicios y en su tiempo libre estuvo ligado al cine donde conoció a artistas de la talla de Pedro Infante.
Doña Lorenza también viuda, tuvo una vida más dura, de pobreza, abandono e incluso permaneció mucho tiempo en situación de calle, lo cual ha marcado su carácter y en ocasiones la vuelve un poco irritable, pero, la simple presencia de Don José ha sido el mejor aliciente para su conducta, señala Alba Treviño Flores, coordinadora general del asilo.
El destino les tenía guardada su mejor jugada, una felicidad plena cuando están a poco de llegar ambos a los 90 años de vida, Don José con 85, conserva mucha fortaleza aunque con algunos problemas ya de demencia y Lorenza siempre una mujer pícara y coqueta que no se ha rendido jamás a la vida a sus 88 primaveras.
Lorenza llegó primero a la casa hogar en 2017 y solo espero un año la llegada de quien sin duda es el amor de su vida.
A pesar que existe una separación importante de hombres y mujeres en el asilo, Doña Lorenza, quien siempre toma la iniciativa, ha encontrado la forma de estar con su novio, lo mismo en la sala de descanso, en un mueble, en una silla o en la cama, para ellos el lugar es lo de menos, mientras lo vivan juntos, lo importante es la manera de demostrarse su amor.
Su noviazgo es muy bonito, pero aún no están seguros de casarse o al menos eso les entendimos.
Este caso nos enseña que el amor no tiene límites, que puede darnos energía y fuera para enfrentar las peores adversidades y nos demuestran que cuando se tiene sentimientos tan puros, se puede cargar con pesos tan grandes como la vejez, el abandono y la muerte de todos sus seres queridos.
Lorenza y José sufren ya algunos problemas de salud mental, pero la mayor parte del tiempo están lúcidos y enamorados, alegres, motivados para seguir viviendo, son la prueba más fiel que para el amor: nunca hay edad.