Triunfa María Isidora Rodríguez en los 50 km de la Gran Carrera del Desierto
CIUDAD VALLES, SLP., 18 de octubre 2020.- Tuvieron que pasar siete meses para que el balón rodara de nuevo en la ciudad este fin de semana: No fue quizás en las mejores condiciones de emotividad, porque se jugó sin público; ni tampoco en las circunstancias más propicias, pues en el Estadio Municipal -aunque por primera vez en muchos años había pasto- el césped era disparejo y con imperfecciones.
De hecho hubiera estado mejor el Campo Deportivo Guadiana (más conservado y cuidado), pero las recientes lluvias parecieron volverse cómplices de la situación de salud, y amenazaron con suspender el partido de vuelta de cuartos de final de la Liga Regional de las Huastecas entre Valles y Coxcatlán, igual como ya lo habían propiciado el pasado 19 de septiembre, debido a que el escenario presentaba humedad en algunos sectores.
El factor se combinó con la circunstancia de que el debut del reciente equipo de Tercera División, Texcoco Huastecos Valles, se canceló, y entonces el coloso del Centro Cultural quedó libre para que se definiera ahí al último invitado a la ronda de semifinales de la competencia, donde el conjunto local comandado por Alfonso El Papi Domínguez y Miguel Ángel Barra Escamilla, llegaba con una ventaja de 3 goles a 1.
La aplicación de los novedosos protocolos sanitarios tomó un poco desprevenidos a todos, pero la directiva de la Liga –encabezada por Daniel Enrique Enríquez Espinoza- hizo el esfuerzo, apoyada por dos elementos de la Policía Estatal, para disuadir cualquier intento de acceso, sobre todo de algunas familias que en varios vehículos, acompañaron a los jugadores visitantes; al final les fue mejor porque los vieron desde fuera, pero dentro del aire acondicionado.
En el interior del inmueble, quedaban para enfrentarse a un sol despejado que calaba en serio (a pesar de ser otoño) los pocos privilegiados: El cuerpo técnico de ambos conjuntos con su banca, Tomás Chávez Pozos –junto con su equipo- transmitiendo por internet el juego, y el legendario reportero deportivo Esaú Hernández Hernández, presto a tomar fotos desde la orilla en la renovada pista del rectángulo.
Luego de un minuto de silencio, exactamente a las 3:36 de la tarde del sábado 17, el árbitro central Rogelio Hernández Casas daba el silbatazo inicial y el balón Adidas –con su llamativo amarillo limón- rodaba de nuevo. Quedaban así, detrás, 31 semanas de ayuno futbolero amateur en Ciudad Valles; y aunque el juego no prometía demasiadas emociones por la disparidad en el marcador, valía la pena sentir de nuevo esa sensación de regresar a los tiempos de antes.
La calidez de la gente suplantada por la del clima, pero de nueva cuenta la dinámica del deporte que emociona corazones; un olor a yerba, y el sonido del balón taponeado entre dos pares de piernas ansiosas de correr de nuevo y meterle fuerza a la jugada; las porterías vibrando por dos balonazos que se estrellaron en los postes; y hasta los reclamos al juez en sinfonía con sus agudos pitidos haciendo eco en un espacio vacío.
Un
verdadero asesino del área como Sergio El pato Rodríguez cumplió el pronóstico
de letalidad, y a los 13 minutos aprovechó un balón que recibió casi solo, para
bombearlo a la salida del portero y con el 1-0, aumentar la cuenta a favor de
los vallenses. Edgar Hernández, José Jiménez y Manuel López, complementaron la
tarea, y con los tantos de Manuel Bautista y Arturo Esquivel se cerró la cuenta
4-2.
Al final el global favoreció a Valles 7-3 y
ahora se prepara para enfrentar a Huichihuayán, mientras que el súper líder
Ébano lo hará ante Xilitla. El resultado, aunque importante para los vallenses,
pasó a segundo término, porque lo realmente trascendente fue el espíritu de
optimismo que permeó en el ambiente, de que poco a poco el deporte en la ciudad
se acerca a tiempos de normalidad después de la aciaga etapa de aislamiento,
enfermedad y muerte.