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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 1 de febrero de 2020.- La idolatría que a Chivas le profesan sus fanáticos no tiene medida.
El Rebaño Sagrado como en cualquier plaza que llega, provoca tumultos, San Luis no fue la excepción y el estadio Alfonso Lastras presentó el lleno esperado.
La hora mágica llegó y cosa rara, con abucheos reciben los fanáticos a Chivas, a pesar del gran número de simpatizantes del conjunto tapatío que se presenta en la casa del San Luis.
A los potosinos los reciben con cánticos y ruidosas porras.
El estadio se va llenando, en tanto los equipos alineados frente a la tribuna de sombra con el cuerpo arbitral en el centro, participan en el protocolo de la Liga MX «Juega limpio, siente tu Liga», expresan los pequeños que entregan el balón al árbitro.
La voz del sonido local da lectura a las alineaciones, de Chivas primero, luego del Atlético de San Luis, sigue la fotografía oficial con ambos equipos y todo queda listo para el arranque del encuentro.
Previo al silbatazo se rinde un minuto de aplausos en memoria del legendario portero argentino de Santos de San Luis, Ciro Barbosa Maggie, se realizan con respeto y emoción.
Al transcurrir el juego, la porra de Chivas se deja sentir, aunque la superioridad de aficionados en el estadio los rebasa, se deja sentir el músculo de la «hinchada» potosina.
El VAR, asistencia al árbitro por video, aparece para hacer de las suyas en una falta sobre Oribe Peralta, que el árbitro consulta para decretar tiro penal.
De pierna izquierda la «Chofis» López vence al portero potosino para el 1-0, el grito de ¡chivas! ¡chivas! también se deja sentir en el inmueble de Valle Dorado.
Con otra anotación de penal Chivas se ponía arriba dos goles por cero, molesto el público coreaba el grito de ¡ratero! ¡ratero!
Hay malestar, pero en el mediotiempo se despliega una playera monumental rojiblanca sobre la cancha y le quita tensión al enojo. Aparecen las simpáticas edecanes, con su presencia deleitan la pupila y ponen su parte para cambiar el ánimo.
La tribuna estalla con el gol de Nicolás Ibáñez al minuto 55, luego de cobrar un tiro de penal a favor de San Luis, «pongan huevos, auriazules pongan huevos», «yo si le voy, le voy al San Luis», les canta la Guerrilla.
El frío comenzaba a calar en las tribunas, pero el público ya no sentía ese gélido clima con la reacción que a partir del gol tuvo su equipo.
Por fin, de tanto insistir llegó el empate agónico para San Luis, de parte de Berterame y voló el líquido de la bebida de cebada por los aires, los abrazos y la euforia contenida por los leales aficionados.