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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 14 de septiembre de 2019.- El Día Nacional del Charro, que es celebrado cada 14 de septiembre, busca reconocer a quienes practican un arte representativo del manejo del ganado como se hacía en las haciendas durante la época colonial, aunque actualmente se enfoca y reconoce como un deporte símbolo de mexicanidad.
“No es por lo que eres, es por lo que transmites… ahí está tu magia…”, fueron las palabras del director de la escuela de Charrería Rancho El Refugio, Jorge Veloz Huerta, potosino impulsor del primer equipo de charros con Síndrome de Down en el país.
El deporte se divide en 10 suertes, llamadas así por el éxito que el charro tenga al ejecutar un acto que dependerá de la voluntad del animal, que muchas veces no se presta y frena las ejecuciones.
Las suertes son: cala de caballo, piales en la manga del lienzo, colas, jineteada de toro, la terna en el ruedo, jineteada de yegua, manganas a pie y a caballo, el paso de la muerte y el charro completo, que es la participación de un mismo charro realizando siete suertes.
También existe la escaramuza, una actividad charra que realiza la mujer con un conjunto de ejercicios ecuestres a galope, las escuadras pueden integrarse hasta por ocho de ellas ataviadas con trajes patrióticos.
PÉRDIDA DE DEDOS
Para Jorge Veloz, la suerte piales en la manga del lienzo, es una de las más peligrosas, porque consiste en lazar una yegua de los dos cuartos traseros y hacer que el animal se detenga por completo, “tratamos de que no sean un factor de riesgo para los niños, pero son muy veloces en competencia, lo que hace que la actividad sea compleja”, comparte.
El maestro comentó que al momento de chorrear la reata puede lastimar los dedos, o lo que es peor: arrancarlos. Actualmente hay registro de 10 charros en San Luis Potosí que sufrieron el desprendimiento de uno de sus dedos mientras realizaban esta suerte.
En los primeros años de la charrería no se reglamentaba el atuendo charro por tratarse de una actividad que se desarrollaba en el campo, pero ahora deben presentarse vestidos lo mejor posible; actualmente existen cinco reglamentados por la Federación: el de Faenas, Media Gala, de Gala, Gran Gala y Etiqueta, estos dos últimos propios para usarse en ceremonias especiales.
ESCUELAS DE CHARRERÍA
Desde hace 15 años existe en la entidad potosina la escuela de Charrería Rancho El Refugio, se imparten clases lunes y viernes a partir de las 17 horas y tienen una duración aproximada de dos horas y media. El director de la escuela, Jorge Veloz Huerta mencionó que aprender este deporte no tiene límite de edad, pero lo ideal es aceptar niños a partir de los cuatro años.
Actualmente asiste un promedio de 30 menores, y los equipos que representan a la entidad potosina a nivel nacional o en torneos regionales, no están integrados completamente por una sola escuela de charrería, sino que conforman alianzas con otras.
Cuando Jorge comenzó a practicar el deporte –a los ocho años- se enfrentó a muchos obstáculos, pues no existían categorías infantiles, hoy en día hay cuatro: dientes de leche, infantil A, infantil B y juvenil, pero a él le toco esperar hasta los 16 años de edad para presentarse en una competencia.
“En aquel tiempo no había tantos equipos infantiles, esperé bastante para poder competir por primera vez… a veces los niños se desesperan y en su primer año ya quieren empezar a charrear… ahora es más fácil competir desde temprana edad”, sostuvo.
UN DEPORTE INCLUYENTE
La escuela de Charrería Rancho El Refugio, es la primera en romper paradigmas y provocaron un cambio en la sociedad al ofrecer clases dedicadas a niños y jóvenes con Síndrome de Down, el equipo se llama Charros 21 y es el primero a nivel nacional, un proyecto que se lanzó hace seis meses.
“La charrería me ha dado grandes momentos, el 18 de agosto fue uno de los mejores”, señaló, pues en ese mes los Charros 21 se presentaron en el lienzo Rancho El Refugio.
Este mentor de la charrería está agradecido, “con Dios por permitir poner momentos de felicidad en la vida de estos pequeños grandes charros y también con los padres de sus alumnos por apoyarlos”.
Actualmente Veloz, junto con su equipo de instructores -Enrique Flores y Rafael Veloz- atiende a cinco niños con Síndrome de Down, quienes ya coronaron a su reina Lupita I, la primera escaramuza con esta condición de vida en pertenecer a un equipo.
“La coronación consistió en colocarle un sombrero”, explicó.
La proyección de Charros 21 es lograr que, en otros lugares del país, surjan más equipos enfocados a estos jóvenes, pero no sólo se trata de la aceptación de instructores y charros, sino también de los espectadores.
Los jóvenes que integran la agrupación participaron en una exhibición en la Feria Nacional Potosina (Fenapo) y sus próximas actuaciones serán en Ciudad Valles a finales de septiembre y en enero, en San Ciro de Acosta.
“La escuela no ha traído solo los premios que enaltecen a San Luis Potosí, como comenté, los equipos que representan a la entidad se conforman entre esta y otras escuelas; recientemente, se trajeron el tercer lugar nacional en la categoría dientes de leche, seis hebillas en lugares individuales, cinco de ellas de alumnos de esta escuela”, abundó.
Hace unas semanas, Jorge recibió la noticia de la determinación de la Conade para desaparecer la charrería de las Olimpiadas, la cual considera injusta.
“Durante años se abogó por integrar la actividad en tan importantes competencias, pero confiamos en que nuestros representantes de asociaciones harán lo posible por mantener el deporte y no retroceder”, concluyó.