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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 8 de agosto de 2025.- En un país donde los reflectores deportivos suelen centrarse en el futbol y el apoyo institucional llega tarde —o nunca—, Isaac del Toro, un joven bajacaliforniano de apenas 21 años, se ha convertido en la mayor revelación del ciclismo internacional. Lo ha hecho sin el cobijo del Estado, pero con una mezcla de talento, sacrificio familiar, apoyos privados y una determinación a prueba de montaña.
En 2023, sorprendió al mundo al convertirse en el primer mexicano en ganar el Tour de l’Avenir, considerado el “Tour de Francia Sub-23”. No sólo ganó la clasificación general, sino también la de puntos, montaña y jóvenes. Su actuación fue tan dominante, que grandes equipos como el UAE Team Emirates no dudaron en ficharlo.
Este 2025, Del Toro ha demostrado que lo suyo no fue suerte: ganó una etapa en el Giro de Italia, vistió durante más de 10 días la ‘maglia rosa’ de líder general, conquistó la clasificación juvenil y terminó subcampeón general. También se llevó el Circuito de Getxo en España y una etapa en el Tour Down Under, siendo el primer mexicano en hacerlo.
Talento fuera de serie y del sistema
Todo lo ha logrado pasar por un programa nacional de alto rendimiento ni por las estructuras de la Comisión Nacional del Deporte (Conade). Su formación fue mayoritariamente autogestiva y familiar, con el impulso clave del equipo privado AR Monex, fundado por ex ciclistas mexicanos en Europa.
Su padre ha aclarado en entrevistas que nunca recibieron un solo peso del gobierno. «Todo ha sido por cuenta propia, por amor al ciclismo y por creer en Isaac”. Las instituciones mexicanas, de hecho, comenzaron a prestarle atención cuando ya estaba en la cima del Giro, y la afición lo coreaba desde redes sociales como “el nuevo ídolo nacional”.
Del Toro ha recibido apoyo de su comunidad y del extranjero. Y no es un caso aislado: otros deportistas de alto rendimiento han tenido que salir del país para encontrar respaldo, entrenadores o competencias adecuadas. La única plataforma mexicana que le abrió la puerta fue AR Monex, con sede en San Marino.
La “Toritomanía” ha generado efecto entre ciclistas urbanos y juveniles. A Isaac lo citan como ejemplo, fuente de inspiración, motivación y símbolo de resiliencia: un joven que conquistó las cumbres europeas y que lidera a su equipo del WorldTour.
Con su fichaje por UAE Team Emirates, el mismo equipo de Tadej Pogačar, se encamina a convertirse en líder de grandes vueltas, por el momento ya se alista para la Vuelta a Burgos 2025. Su madurez táctica, fuerza en montaña y frialdad bajo presión lo han hecho comparable con fenómenos como Remco Evenepoel o Egan Bernal en sus primeras etapas.
Si su progresión continúa, México podría tener por primera vez a un ciclista en el podio de un Tour, Giro o Vuelta, e incluso pelear por medallas en Los Ángeles 2028.
Estado y deporte
Este caso pone sobre la mesa una deuda estructural: ¿cuántos talentos se pierden cada año por falta de apoyo? ¿Cuántos Isaacs no llegan a Europa, no por falta de piernas, sino por falta de recursos? Su historia es también una advertencia: faltan estrategias para detectar, formar y retener talentos. Cuando llegan suele ser tarde o con fines mediáticos.
Isaac del Toro es símbolo de esperanza para muchos, pero también es reflejo de un sistema que sigue sin funcionar. Su éxito debería inspirar reformas profundas, no sólo aplausos.
Reproducción autorizada citando la fuente: Quadratín SLP
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