Preparado Atlético de San Luis para su encuentro ante Pumas
SAN LUIS POTOSÍ, SLP. 14 de mayo de 2020.- A raíz de la demanda de accesorios como medida preventiva a posibles contagios de Covid19, el gladiador Alma Roja o Juan Martín Padrón Aguilar, fabricante de máscaras de lucha libre, ideó sus propios cubrebocas con diseños originales de los ídolos del encordado.
Con poco más de 30 años ejerciendo la lucha libre profesional, Juan Martín ha aprovechado la numerosa afición que tiene este deporte, para ofrecer su producto entre sus seguidores, en una época en que el cubrebocas se ha convertido en un artículo esencial para la gente.
Comentó que los mismos aficionados ya le habían dado la idea, pero no lo consideró redituable porque es un producto barato, al que hay que dedicarle varias horas a su elaboración.
Sin embargo, convencido de la fama que tienen los luchadores, consideró que valía la pena sacar el diseño y fabricarlas y por lo pronto han tenido muy buena respuesta.
Agregó que hasta el momento los pedidos que más se solicitan, son las tapas de Mil Máscaras y de Blue Demon y la promoción la hace por redes sociales.
Como fabricante de máscaras Juan Martín, comentó: “tengo aproximadamente 15 años dedicándome al cien por ciento a este oficio y como 18 que empecé. En las máscaras ganó un poco más que si trabajara, además el taller lo tengo en casa y eso para mí es una gran ventaja para estar al pendiente aquí. A mí como me gustó la lucha libre, no se me hace difícil, es entretenido aquí me dan a veces hasta las 6 de la tarde ocupado”.
Sin embargo, reconoció que hay competencia en esta modalidad, “lo que pasa es que hay muchos luchadores, varios son costureros y ya se va repartiendo el trabajo. Esta es como una pequeña industria. La máscara es cara, con un promedio de 400 a 600 pesos, el material que se utiliza es la licra de nylon y tela metálica. Hay unas máscaras más difíciles de elaborar que otras, y luego los más chavos piden unas ‘medias marcianas’, cada una tiene su complejidad”, reconoció.
Alma Roja también forma trío con los Apaches del Mal, ha sido el capitán de tres generaciones, menciona como sus maestros a Kukuxklán, Desconocido y El Gavilán.
“Entrené en Guadalajara, la mejor escuela del mundo, a finales del 88, tres años y medio con Diablo Velasco, quien a su vez es reconocido como maestro de Mil Máscaras y de Perro Aguayo”, agrega.
Por lo pronto, comenta que el entrenamiento lo tiene pendiente por la epidemia que hay, pero que normalmente sus prácticas las hace en el Gimnasio Municipal a las 8 de la mañana, dos o tres veces a la semana.
También tuvo oportunidad de iniciarse en la lucha olímpica, teniendo como instructor al profesor Francisco Sánchez Barra, habiendo practicado al lado del notable luchador potosino Enrique Aguilar Zermeño, considerado uno de los diez mejores luchadores olímpicos de la historia en México con participación en Atlanta 1996.