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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 13 de junio de 2019.- Ha soplado un poco de viento cuando es el mediodía en la pista de motocross del Parque Tangamanga Uno, donde el audaz piloto de freestyle, Cristian Becerra, realizará una de sus últimas prácticas de cara a sus compromisos en Villa de Zaragoza y Cerro de San Pedro, donde ofrecerá espectaculares exhibiciones, cabalgando su motorizado vehículo.
A pesar que su práctica significa un desafío permanente contra su integridad física, cada que realiza un salto desde la rampa metálica, siempre le da buena cara al reto y salta bien aferrado a los manubrios de su vehículo motor.
Sólo un par de amigos y de reporteros han asistido a la práctica que realiza en la pista de motocross, donde Cristian expresa una motivación especial y realiza un espectáculo único, sin presencia de público, pero en todo momento con el deseo de agradar.
“Ahorita estoy en un entrenamiento muy fuerte, con un poco de calistenia, gimnasio, bicicleta de montaña para ponernos en forma, estar lo mejor preparados arriba de la moto y con una buena condición física; también aguantar el esfuerzo y los golpes que uno se da”, apunta el piloto de origen potosino Cristian Becerra.
Antes, su ritual consiste en calzarse la indumentaria propia del piloto de freestyle: los guantes, el casco, las botas, el collarín y el traje adecuado donde predomina el color verde, aunque destacan las marcas de los diversos accesorios para las motocicletas.
“Sí hay un poquito de viento y mucho calor, pero creo que sí podemos realizar el entrenamiento”, comenta Cristian que se dispone a asegurar bien las rampas metálicas, que se colocan de frente a un promontorio donde será la caída del piloto montado en su motocicleta. Estructuras que por cierto también deben ajustarse a medidas reglamentarias, en sus diferentes distancias y alturas.
Luego de realizar algunos recorridos sobre la pista de motocross, Cristian se dispone a realizar sus espectaculares saltos hacia las alturas, con la adrenalina al cien y lanza sus gritos por los aires una vez que alcanza la altura deseada y estira su cuerpo cuan largo es.
Para Cristian llegar al freestyle ha sido como un sueño, alcanzado a base de muchos sacrificios que le ha permitido representar al país.
“En julio y agosto estaré en Perú, para poner el nombre de México en alto, a base de entrenamiento, de constancia y perseverancia también, porque la verdad es de mucha paciencia y lleva muchos años de trabajo, muchos días de entrenamiento, mucho sacrificio. A lo mejor dejar un poco la fiesta, el desvelarte. Sacrificas muchas cosas”, indicó.
“Lo que hago me apasiona demasiado, hacer disfrutar a la gente, que se emocione cuando uno realiza las acrobacias y pues, bueno, también esto es muy caro, pero gracias a la familia, a mis patrocinadores es que he podido seguir en este deporte y mis objetivos creo que tienen cosas muy importantes para mí”, agrega.
Y luego vienen los saltos desde la rampa metálica. Se congela la sangre, verle volar sobre los aires, agarrado de los manubrios, dejando de lado el cuerpo del vehículo. Goza las piruetas, una tras otra, un salto mortal y cuando aterriza, pide que le aplaudan con el dedo índice a lo alto.
Sin embargo recuerda que recién ha tenido momentos difíciles, de lesiones.
“Hemos tenido algunos días complicados, lesiones por muchos accidentes, pero al final de cuentas es una pasión que disfrutamos y que aunque llevamos alrededor de 20 fracturas, hemos tratado de recuperarnos para este deporte que es un estilo de vida desde que tengo uso de razón”, continúa su charla una vez que desciende de la motocicleta.
Cristian anunció que el 13 de junio se presentará en el Carril La Bonita en Villa de Zaragoza, donde competirá en una singular carrera entre moto, perro y caballo.
“Yo he competido cinco ocasiones contra un perro, pero sucede que el animalito me ha ganado tres, eso da idea de la velocidad que tiene. Ahora vamos por la revancha”, sonríe el piloto.
Más adelante -para el 22 de junio- la cita será en Cerro de San Pedro, dentro del evento de aniversario de los bikers, Moto Club Perros.