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CIUDAD VALLES, SLP., 27 de mayo de 2020.- Recientemente cumplió 82 años y los festejó “en casa”; sí, en el campo de la colonia “San Rafael”, que para él es como su hogar. No hubo tiempo para “Las mañanitas” porque les ganó a todos en la familia, levantándose muy temprano -como lo hace en las últimas décadas- para salir antes del alba a supervisar ese escenario deportivo que gestionó, construyó y ha mantenido en los últimos años.
A la par con esa formación, lo es también la de cientos de jugadores que han pasado por sus equipos, quienes lo admiran, agradecen y reconocen como el más longevo promotor del futbol en Valles, a pesar de que no nació en nuestra ciudad. Aquileo Rea Reséndiz vino al mundo en Axtla el 12 de mayo de 1938, por eso en los logotipos de sus equipos no puede faltar la figura de una garza, aludiendo al ave característica de aquel municipio.
Hijo de Valentín Reséndiz y Facunda Rea (quien lo registró con su primer apellido), es el mayor de una familia a la que se agregan sus hermanos Elvira y Octavio. Estudió en la escuela Miguel Sánchez, de su tierra natal, solo hasta quinto grado, porque en 1950 sus tíos lo trajeron a Ciudad Valles, donde fue barrendero y después entró a laborar de llantero en la Vitalizadora Valles.
Casado con María Luisa Ramírez se convirtió en padre de Ricardo, Juan Carlos, Martha, Lupita, Facunda, Valentín, Olga Lidia, y Rodolfo, y dio rienda suelta a su afición por el balompié, jugando de medio de contención, lo mismo en la izquierda que por la derecha, en equipos como Carrocerías Valles, Aztecas, Gallos Blancos, Nacional, Deportivo Jarritos, y Rasvi, logrando varias veces el campeonato de goleo, y el título de manera colectiva con Gallos Blancos y Rasvi.
Cuando colgó los tacos, se dedicó a dirigir y patrocinar equipos en la Liga Municipal de Futbol y posteriormente en la Liga de Veteranos, como lo hace hasta la fecha, destacando con Vitalizadora Ahumada e Ingenio Plan de San Luis, con campeonatos y subcampeonatos, lo mismo que con el conjunto de sus amores: La Colonia San Rafael, donde ha tenido bajo sus instrucciones a gran parte de los mejores futbolistas de la localidad.
Activo dentro y fuera del campo, la gestión deportiva es algo inherente a don Aquileo, destacando el logro de la colocación de juegos infantiles para el esparcimiento de los niños en el sector donde radica, un área a la que todos los días intenta mejorar, hasta convertirla en su máximo sueño: La Unidad Deportiva San Rafael, porque –como reza parte de su filosofía personal- “ayer estos campos fueron nuestros, ahora son de nuestros hijos y mañana serán de nuestros nietos”.
¿Y cómo no pensar de esa manera? Si a la fecha su árbol genealógico se ha extendido considerablemente, y ya son quince personas quienes le llaman abuelo: Carla, Hugo, Ricky, Romina, Joana, Arely, Marthita, Ricardito, Rubí, Roxana, Rodolfito, Lesly, Juan Carlos, Valentín, y Mariela. Además de una media decena de bisnietos: Danielito, Aneth, Raulito, Ingrid, Daniela, y Matías.
Por esos ideales a favor de los deportistas, don Aquileo ha recibido constantemente de sus jugadores, infinidad de reconocimientos, que se suman a los otorgados por los organismos deportivos y hasta por la Presidencia Municipal. Es el pago a lo que le apasiona: el futbol; ese amor que lo motiva a levantarse a las seis de la mañana a revisar el campo de su colonia, limpiarlo, y arreglarlo.
Le gusta ver a la gente contenta y feliz, y a veces le sale lo perfeccionista, como hace un par de años cuando –organizando la afamada Copa San Rafael- un árbitro no llegó al partido, y él mismo sacó el silbato y se puso a sancionar el juego, bajo el sol de mediodía, y con sus casi ocho décadas encima. Son las ventajas de estar hecho de la buena madera, forjada en el trabajo, desempeñado a diario en su tradicional vulcanizadora de la colonia Méndez.