Ironía
La semana pasada nos hicieron una promesa de morbo:
Andrés Manuel López Obrador amagó con difundir la lista de gobernadores desinteresados en la seguridad pública.
Los declaró flojos y el punto de partida es el reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Público (SNSP).
Ya los tenemos.
De las 260 reuniones habidas hasta ayer, hay mandatarios destacados como Claudia Sheinbaum, Rutilio Escandón y Juan Manuel Carreras con 294, 231 y 201 asistencias.
Ellos tienen estrellita.
Son los más aplicados, según la valoración del Secretariado Ejecutivo.
En contraste, hay muchos con tache.
Mencionemos dos: a esas reuniones no han acudido los gobernadores de Nayarit (Antonio Echevarría) y Querétaro (Francisco Domínguez): cero asistencias, dice el reporte.
A continuación aparecen el campechano Carlos Aysa con un pase de lista y el coahuilense Miguel Angel Riquelme con apenas tres.
Sorprende en el reporte la aparición de Diego Sinhue en sólo cuatro ocasiones, pues Guanajuato es considerado como el estado más violento del país de un tiempo a la fecha.
GERTZ DENUNCIÓ Y HOY INVESTIGA
El futuro de Genaro García Luna se pinta claroscuro.
El claro, quién lo dijera, es Estados Unidos.
Según una versión, hubo arreglo del ex jefe de la Agencia Federal de Investigación (AFI) con Vicente Fox y ex secretario de Seguridad Pública con Feipe Calderón.
Desde su tiempo como miembro del gabinete, recibía reconocimientos y menciones por autoridades estadunidenses por la colaboración ofrecida y su eficiencia.
Su diálogo, dada la gran confianza de Calderón, era en los mayores niveles de aquel gobierno, de la Casa blanca a la agencia antidrogas (DEA) al buró de investigación (FB) y la agencia central de inteligencia (CIA).
Sus nexos le permitieron arraigarse en Estados Unidos en cuanto Enrique Peña deshizo la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y empezaron los señalamientos públicos.
Entonces García Luna y su cuerpo de colaboradores fueron desplazados sin importar su capacidad, profesionalismo y carrera como policías durante decenios.
Sus contactos le dieron margen para negociar.
En primera instancia, su residencia.
Ya la tenía y gestionaba la nacionalidad al momento de su aprehensión, según los reportes periodísticos y los principales cargos presentados por la fiscalía.
Esto da margen al rumor de entrega pactada para servir como testigo protegido.
Con el tiempo lo sabremos.
EXPEDIENTES EN LA FISCALÍA
En México, en cambio, su situación es distinta.
En muchas ocasiones fue señalado de corrupción, nexos con el narcotráfico y servir al Cártel de Sinaloa mientras perseguía a otras agrupaciones criminales como el Cártel del Golfo, Los Zetas, etcétera.
Eso explicaba, decía gente calidad Gerardo Fernández Noroña, por qué Joaquín El Chapo Guzmán no era detenido y llevaba una vida normal.
-Seguro dan la mano para saludarse como socios –me dijo entonces el propio Fernández Noroña.
La denuncia de ese folklórico legislador, otra vez diputado federal, puede subestimarse.
Pero no otras.
He aquí un antecedente:
Alejandro Gertz Manero lo denunció penalmente en 2001 cuando era secretario de Seguridad Pública y señaló a Genaro García Luna de haber comprado aeronaves “de forma irregular”.
El tema no está archivado.
Y desde su llegada a la Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía (FGR), Gertz Manero comenzó a integrar expedientes y están muy pero muy avanzados.
A ellas se atendrá cuando, si es acuerdo de partes, Estados Unidos lo declara inocente y decide extraditarlo a México.
No es un buen futuro, ¿verdad?