Diferencias entre un estúpido y un idiota
El verso, por donde quiera que se quiebre, ha de dar luz y perfume.
José Martí, 1853-1895; político y escritor cubano.
Paul Henri Giménez de nacionalidad francesa, a las 18:40 del 4 de noviembre del 2008, salió de trabajar de las oficinas de HBO Ole, en Monte Pelvoux y Ferrocarril de Cuernavaca, en Lomas de Chapultepec. Con 33 años de edad, era coordinador de relaciones con afiliados en HBO Ole Martketing Services. Un mundo de proyectos en su futuro y pronto a casarse.
A las 18:46 horas, mientras salía de estacionamiento a bordo de su automóvil, el avión LearJet 45, matrícula XC-VMC, propiedad de la Secretaría de Gobernación, operada por Centro de servicios de Aviación Ejecutiva, por el capital Jesús Oliva y el copiloto Álvaro Sánchez, se estrelló a unos metros de donde se encontraba Paul y estalló en llamas.
En el avión viajaban el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño y el exsubprocurador General de la República, José Luis Santiago Vasconcelos, entre otros funcionarios. Murieron los tripulantes del avión y varias personas que pasaban por el lugar.
Paul, rápidamente, mientras su auto se consumía por las llamas salió de él. Sin embargo, tuvo quemaduras de segundo y tercer grado, en el 75% de su cuerpo que le dejaron secuelas y destrozaron su vida. El 90% de las quemaduras fueron de tercer grado. Por ello, fue trasladado al hospital general Manuel Gea González y de ahí al hospital Ángeles del Pedregal, donde estuvo internado 6 días, pero debido a la gravedad de sus lesiones y quemaduras, fue enviado al Hospital Presbiteriano de Nueva York, especialista en quemaduras.
A consecuencia del accidente, ha recibido injertos de piel que cubren 20 mil centímetros cuadrados. Utilizaron su propia piel, así como de cadáveres de otros cuerpos humanos. Además, entre otras operaciones quirúrgicas, tuvieron que sustraer músculos muertos de abdomen y pierna derecha. Ha sido sometido a 66 cirugías y otras para injertar piel, implantaron de filtros en sus arterias pulmonares, tubos de drenaje en su abdomen, traqueotomías y muchas operaciones más.
La interminable lista de hospitales a los que ha acudido a terapias físicas y ocupacionales, máscaras de compresión par las cicatrices y el uso de prótesis y andaderas, es parte de su precario estado de salud que tiene Paul.
El suplicio de esta víctima de ese accidente aéreo que, según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se debió materialmente a la impericia y un error humano, es interminable.
A 11 años del accidente que le destrozó la vida, Paul Henri, tiempo en que se iniciaron acciones judiciales, lo que provocó sentencias los Tribunales Federal de Justicia Administrativa, Colegiados en Materia Administrativa y la misma Suprema Corte de Justicia, en contra de la SCT, SENEAM y la DGAC, no han cumplido.
Fueron condenadas a la reparación del daño desde el gobierno de Enrique Peña Nieto y hasta la fecha “voluntariamente” no quieren cumplir. Son órdenes de la Cote y no se ve la fecha en que quieran aceptar la liquidación de los daños.
Entre otras sentencias las instituciones federales están obligadas a pagar 35 millones de pesos por concepto de lucro cesante o daños y perjuicios. Esta es una sentencia que quedó como “cosa juzgada” desde el 20 de marzo de este año.
Todo esto te lo platico en resumen de una carta que me envió Paul Enri desde Miami, en la que concluye: “Es increíble la justicia en México y más cuando se trata de acciones en contra de gobierno, cuando lejos de proteger a particulares, hacen todo por no cumplir con sus obligaciones, mucho menos con una sentencia ejecutoriada que inclusive fue avalada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Entre la fecha del accidente y hoy, Paul ha tenido que enfrentar al Gobierno de Calderón, de Peña Nieto y ahora al de López Obrador, quien por conducto de la SCT, SENEAM y la DGAC, se han abstenido de dar cumplimiento a la sentencia”.
Y, definitivamente, tiene gran razón. No se trata de austeridad. Se trata de cumplir con la ley, aunque les duela el codo a los funcionarios públicos.
PODEROSOS CABALLEROS: López Obrador, insiste en que los medios nacionales no cubran sus giras de trabajo y que sólo reciban información de los corresponsales. Esto, luego que la fuente de Presidencia de la República se quejó de las malas condiciones con que manejan la logística de los traslados y la forma en que los enviados a giras presidenciales, son transportados en vehículos con pésimas condiciones mecánicas. El accidente del pasado fin de semana que dejó 10 reporteros lesionados, dos de ellos con heridas que fueron necesarias operaciones quirúrgicas, afortunadamente todos bien, marca la preocupación de los reporteros. Pero debe quedar claro que son los medios informativos los que pagan sus gastos de transportación, como ha ocurrido desde el sexenio de Vicente Fox, para las giras presidenciales. Incluso se pagaban gastos de hospedaje, transportación e incluso alimentos en las giras en el avión presidencial. La fuente que viaja para cubrir las actividades del presidente, es necesaria para un medio de comunicación; es la información de primera mano. No es un lujo. Es necesidad informativa para cumplir una misión cotidiana. Sabemos que la fuente le solicitó al director de Comunicación Social de Presidencia, Ramírez, que ellos alquilan los vehículos, pero que sea Presidencia la que únicamente ofrezca la logística. Así no pagarían un sólo centavo por el costo de transportación de la Fuente. Sin embargo, la negativa ha sido sistemática. Quizá, lo único que harían los empleados de Presidencia y la Secretaría de Defensa Nacional, que tienen la responsabilidad de cuidar al Presidente, es reservar o alquilar los vehículos, hoteles y alimentos, a nombre de los medios de comunicación que serían los que pagarían al final de cuentas esos servicios. Algunas naciones así lo hacen, incluso en Estados Unidos. En los socialistas, como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, así como Argentina, Brasil, Rusia y China, pagan todos los gastos de sus comitivas de prensa. Pero, eso no es lo que se pide. Sólo solicitan acceso a la información presidencial, al instante; apoyo para la seguridad de la Fuente de presidencia y evitar los accidentes, y, cuidar la integridad física de los reporteros. No es nada, materialmente. No se trata de preguntarle al presidente o de escuchar los discursos, sino captar y difundir la información del entorno para presentar información más cercana a la realidad total.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: El Programa de Resiliencia ante Inundaciones, de Zurich México y la Cruz Roja Mexicana, que recibieron el reconocimiento del Gobierno de la República, hicieron entrega del reconocimiento a los brigadistas que han brindado su apoyo a 20 comunidades desde que inició el programa en 2013. El Programa de Resiliencia ante Inundaciones consiste en una herramienta especializada en medición, diseñada por el área de Ingeniería de Riesgos de Zurich y su objetivo principal es la prevención y detección de riesgos, a través del entrenamiento continuo con comunidades ante eventos recurrentes por afectaciones climatológicas, como las inundaciones. Aideé Zamorano González, Gerente de Sustentabilidad de Zurich México, relató que algunos de los resultados del Programa de Resiliencia ante Inundaciones incluyen: 526 cursos de capacitación a brigadistas de emergencia, conformación de 20 brigadas locales, instalación de 30 pluviómetros y la creación de 20 planes de Respuesta Comunitaria, entre otros.
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