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Buscan en SLP a hombre acusado de feminicidio de la madre de su pareja
CIUDAD VALLES, SLP., 7 de septiembre de 2019.- Hay una superstición que ronda en torno a quienes usan un sarcófago, afirmando que estarían próximos a morir y será su última morada. Hoy, por lo menos basados en el caso de Blas Lara Barrón, eso es solo un mito.
El reconocido psicólogo pasó más de tres décadas junto al ataúd, en su domicilio de la avenida Zaragoza, del Barrio Las Lomas; incluso le hizo una peculiar fiesta cuando la caja cumplió 18 años. Entonces muchos pensaron que había fallecido, pero era solamente un malentendido, hasta que en la presente semana alguien decidió convertir esa noticia fatal en una realidad.
Inclusive, la fecha exacta de su muerte no ha terminado por determinarse, mucho menos las razones, ni el o los autores. Lo que sí es un hecho es la conmoción que causó su asesinato, por las amistades y conocidos que había cultivado en el terreno profesional y social, e incluso incursionando en los medios informativos.
Blas Lara Barrón era un hombre enigmático y hasta cierto punto introvertido, pero sus opiniones las externaba sin muchas cortapisas en una columna radiofónica en la XHTR a la que denominó La divina comedia, por su admiración al poeta y escritor italiano Dante Alighieri, de quien tomó su nombre como pseudónimo en la autoría de sus puntos de vista.
También admiraba a Drácula, y no tardaron en asemejarlo con el mítico conde, máxime cuando la cadena Telemundo se tomó su tiempo, hace pocos años, para difundir el caso del excéntrico personaje que vivía con su cajón de muerto, y al que no tardaron en bautizarlo como El hombre sarcófago. Hoy, ese ataúd, ha cumplido su destino para el cual Blas Lara lo adquirió.
VALLENSE EXITOSO
Blas Lara Barrón nació en Ciudad Valles, donde cursó su educación básica. En julio de 1973 emigró a Tampico a estudiar la preparatoria, y dos años después a Monterrey, la carrera de psicología, que culminó en el verano de 1981 en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Entretanto trabajó en la capital neolonesa como publicista en Industrias Kores de México, y después en la Secretaría de Recursos Hidráulicos.
En 1982 se integró al sector educativo y hotelero del estado de Guerrero, y al año siguiente (1983) de visita por Ciudad Valles, al observar que no había ningún consultorio de atención psicológica decidió establecerse aquí, desde marzo de 1984.
Amplió su atención social a los radioescuchas de la XETR: Radio Panorámica, en temas de sexualidad, pasando a hablar desde 1994 también de política, a través de la columna radiofónica La divina comedia.
En 1986 laboró para la Cárcel Distrital y la Policía Estatal, y fue catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) durante más de tres décadas, así como de la Escuela Normal del Magisterio Potosino (Enesmapo). En 1988 colaboró con el hotel Taninul, y en 1996 pasó a ser Perito Especialista en Psicología; además participó en diversas publicaciones relacionadas con la familia y la educación, y mantenía su presencia en diversos medios informativos locales y estatales hablando sobre su materia.