Dejan 4 cadáveres en Culiacán, Sinaloa, 2 están decapitados
AQUISMÓN, SLP., 5 de septiembre de 2019.- Nació el 20 de octubre de 1959 en la primera sección de Tampate, la localidad más grande del municipio de Aquismón, San Luis Potosí. A los cinco años quedó huérfana de madre y se mudó a casa de una tía, a quien ayudaba en las labores del hogar para poder sobrevivir, pero ya empezaba a llamarle la atención la artesanía.
Años después pasó a vivir con una madrina, quien le compraba algunos hilos para que aprendiera a bordar; así comenzó en el oficio a la edad de ocho años. Practicaba entonces con un pantalón viejo de mezclilla y le zafaba hilos a un costal de maíz para completar la materia prima y especializarse.
Cuando se casó fue a residir a la Cuarta Sección de Tampate, donde tuvo nueve hijos (de los cuales le sobreviven siete) y para mantenerlos se dedicó de lleno a la artesanía, que solo abandonó cuando su esposo enfermó y tenía que dedicarse también a las labores del campo, además del acarreo de agua desde grandes distancias.
Con el tiempo se apasionó por los diferentes tipos de bordado, y a la fecha confecciona blusas, bolsas, camisas, carteras, diademas, fundas para celular, gorras, pulseras, quesquemes, sombreros, tenis y tortilleros. Atrás quedaron los años cuando se avergonzaba de esa tarea, y hasta heredó el oficio a sus descendientes.
Ha recorridos ferias y exposiciones en Chiapas, México, San Luis, y Querétaro, además de ser pieza infaltable en reportajes sobre la artesanía tének, dentro de los cuales aparece en páginas de periódicos y de Internet, más aún después de obtener el Primer lugar en el Quinto Concurso Nacional de Textiles, en agosto de 2017.
Con una técnica depurada, todo a mano, María Juana Enríquez ofrece sus productos en el corredor artesanal de Aquismón, en un local atendido por su familia, porque ella en busca de más clientela se ha colocado desde hace varios meses en el corredor empedrado que conduce al Sótano de Golondrinas, en la localidad Unión de Guadalupe.