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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 6 de agosto de 2019.- El doctor en biotecnología de plantas por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Irapuato, Guillermo Pastor Palacios, comenzó una investigación sobre los procesos que se llevan a cabo entre microorganismos que habitan en el suelo.
Dicha investigación se lleva a cabo en el Consorcio de Investigación de Investigación, Innovación y Desarrollo para las Zonas Áridas (CIIDZA) del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), a partir de técnicas de biología molecular (marcaje molecular), para encontrar una región que es específica para un hongo, una bacteria, una planta o microalgas, con el objetivo de comprender su comportamiento en suelos considerados no viables para la germinación de plantas.
A pesar de lo que se piensa, indicó que los suelos desiertos no son estériles, ya que cuentan con una amplia gama de plantas y microorganismos, e incluso son las zonas que cuentan con la mayor diversidad debido a que en espacios pequeños se pueden encontrar de cinco a 20 tipos de plantas diferentes.
El doctor Pastor Palacios explicó que en esta investigación se enfocan en costras biológicas, una asociación o consorcio entre diversos microorganismos, como los ya mencionados, que pueden encontrarse en todos los ambientes.
Los microorganismos que se encuentran en estas costras cuentan con una función específica, como fijar nitrógeno, fósforo o carbono; nutrientes que el suelo necesita para que pueda ser fértil. También ayuda a que el suelo no erosione a través del agua y el aire, así como mantener ciertas especies.
A través de las técnicas de biología molecular, se toma una parte de la costra para hacer una extracción del material genético para después identificar cuáles y qué tipo de microorganismos se trata, específicamente las cianobacterias, ya que habitan mayormente en las costras de zonas áridas.
Una vez que cuenten con este conocimiento, se busca hacer un seguimiento espacio temporal, para saber en qué momento crecen y se desarrollan los individuos de las costras. Con esto, se podría entender cómo favorecer que una zona desértica —que en su momento fue fértil—, restaure su suelo sin la inoculación o implante de los microorganismos.
“Si vemos que una cianobacteria que fija este elemento, fósforo o nitrógeno, en verano, es darle las condiciones para que en ese tiempo podamos poner a ese microrganismo en las condiciones adecuadas y, posteriormente, agregar los otros elementos para que ese suelo vuelva a renutrirse y ser fértil”, precisó.