INAI, siempre incómodo al gobierno
La verdadera pregunta es si necesitamos, si queremos un nuevo aeropuerto en la CDMX.
Porque si así fuese un grupo de personas está bloqueando, sobre todo retrasando su construcción.
Es decir, su construcción en Santa Lucía.
Porque con López Obrador no hay vuelta atrás. No ha permitido fuera del poder que le “tuerzan la mano”, no ha retrocedido o cambiado ninguna decisión importante en años. Menos todavía ha hecho cambios en temas que para él son indispensables, cuestión de principios.
La cancelación del aeropuerto en el Estado de México es uno de estos temas.
No hay forma, en definitiva tienen que entender, no hay manera de que se continúe con el proyecto de Texcoco. Que, si hubiese habido sentido común, debió construirse en Hidalgo. Como desde el inicio se había planteado, la mejor opción por mucho.
A Manuel Ángel Núñez le tocó participar en este proyecto, el aeropuerto de Tizayuca, Hidalgo, desde antes de ser gobernador. Tal vez por eso, al inicio del proyecto en Texcoco lo llamó Peña Nieto, para hacerse cargo de todo.
Ni siquiera cumplió seis meses en el cargo. Debe haberse aterrado al conocer los negocios, al comprobar el estilo de Gerardo Ruiz Esparza. Renunció y se regresó a la Iniciativa Privada, difícil hacerlo frente al inmenso poder del Presidente Peña y de su socio en tantos negocios.
Hoy Santa Lucia está en manos del Ejército. De inicio porque en el lugar donde se habrá de construir existe, tiene muchos años, una base militar aérea. Imposible siquiera imaginar que pudiesen entrar a destruir y construir civiles. Son instalaciones militares no solamente al servicio de sus aviones, hay colegios, hay hospitales, hay zonas habitacionales que van a resultar afectadas.
El proyecto está a cargo del general Ricardo Vallejo, un general muy joven, que ha ido ascendiendo precisamente por su capacidad excepcional como constructor. No en balde la Escuela Militar de Ingenieros, que se levantó en un tiempo récord, diseñada y construida por militares bajo su mando, ha recibido premios nacionales e internacionales.
Es un hombre que se merece toda la confianza. No me refiero, no únicamente a la confianza del Presidente. Honesto, sencillo, inteligente, conoce las entrañas del poder militar desde la oficina del Secretario Galván Galván, del que fue Jefe de Ayudantes. Estuvo de Agregado Militar en Francia. Y, lo que más debe apreciar López Obrador, tiene bien ganada fama de honesto.
¿Va a poder construir el nuevo aeropuerto? Definitivamente. Si alguien puede es él. Con toda la fuerza, el apoyo del secretario general Luis Cresencio Sandoval. Se puede.
El tema a discutir es si los ricos, si aquellos a quienes López Obrador llamó “adversarios”, los que ya tenían negocios alrededor de Texcoco, lo van a permitir.
Y aquí, en esta discusión, tendrían que oírse las voces de millones de mexicanos. ¿Se necesita un nuevo aeropuerto? ¿Queremos un nuevo aeropuerto que se termine este sexenio? Pues se trata de hacérselo saber a los otros, a los que se oponen inútilmente pero con capacidad para retrasar el proyecto…
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