Posible que esta generación detecte vida en exoplanetas

SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 1 de junio de 2019.- En el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) se llevó a cabo la conferencia magistral “El Nacimiento de los Sistemas Planetarios” impartido por la astrónoma, la doctora Susana Estela Lizano Soberón.

Comentó que será lanzado al espacio el telescopio James Webb para estudiar planetas de la zona habitable, señales de moléculas que pueden ser producidas por actividad biológica, “estamos muy cerca”.

“Es posible que en nuestra vida lleguemos a tener noticias que en uno de los miles de exoplanetas hayan detectado alguna señal biológica, eso no quiere decir vida inteligente, es vida, pero puede ser microscópica”, indicó.

La doctora Lizano Soberón explicó que antes de la formación de una estrella, todo comienza a partir de un disco protoplanetario giratorio compuesto de gas y polvo, un proceso lento en el que tuvieron que pasar miles de millones de años para dar origen a sistemas planetarios como el que hoy habita la humanidad.

De igual forma, comentó que existen planetas fuera de los sistemas planetarios; en la actualidad se conocen alrededor de cuatro mil exoplanetas, es decir planetas alrededor de otras estrellas, gracias a una serie de satélites y los primeros de ellos fueron detectados en 1995.

“Un planeta no emite luz, entonces no lo podemos observar directamente. Sin embargo, el planeta jalonea la estrella y es como lo podemos detectar. Imagínense que hay un planeta con mucha masa cerca de la estrella y la empieza a jalonear, este movimiento es como un bamboleo que nos hace ubicarlo”.

Otra forma para encontrar exoplanetas es a través de la técnica del “eclipse”, cuando un planeta pasa cerca de una estrella se detecta un poco de luz, por lo que “es una hazaña de la tecnología el detectar esta tantita luz y ese cambio tan pequeño nos dice que hay un planeta”. Aunque este proceso se tiene que observar de forma periódica.

También comentó que en algunos los planetas se encuentran en la zona habitable, es decir, aquella que permite tener la temperatura adecuada dentro de la órbita que hace posible el estado líquido de agua, aunque esto no garantiza que exista vida.