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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 28 de mayo de 2019.- Hoy se celebró el Día Mundial de la Higiene Menstrual, ese proceso biológico que ocurre una vez al mes a más de la mitad de la población.
Sin embargo, en la actualidad sigue viéndose como un tema tabú y del cual hablar se tiene que hacer muchas veces desde el secretismo.
La psicóloga Yolanda Valverde, especialista en estudios de género, pedagogías menstruales y derechos sexuales y reproductivos, indicó que se trata del día al acceso a la higiene menstrual, en el que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) tiene la visión de que las mujeres cuenten con acceso a condiciones dignas y de higiene menstrual.
Valverde indicó que este día se realiza desde la perspectiva institucionalizada y deja de lado el que la menstruación sea de forma satisfactoria, que en la medida de lo posible sea ecológica y con condiciones sanitarias adecuadas.
Además las multinacionales que se dedican a la fabricación de toallas y tampones desechables lo han utilizado “y hacen su agosto con el día, lo exprimen bajo sus intereses económicos y no necesariamente bajo los intereses originales para buscar la salud e higiene”.
En la actualidad ha surgido el interés entre las mujeres de usar métodos alternativos a los tradicionales, como las copas menstruales y las toallas de tela. “Se llega a una reconsideración sobre las prácticas menstruales que se tienen normalmente y es a partir de razones ajenas al propio cuerpo como la ecología, el planeta o la economía”.
A estas alternativas también se suman otras como la práctica de sangrado libre, el uso de esponjas marinas o de tampones textiles que son reusables; una tendencia que comenzó hace casi dos años.
El tema de la menstruación no ha avanzado mucho, “debemos tener una mirada más amplia pensar la menstruación de una manera peyorativa, prejuiciosa, con desprecio, asco o misoginia es un resultado de vivir en una cultura y una sociedad con régimen sobre el control de los cuerpos de las mujeres y su sexualidad”. La especialista indicó que, para hablar y vivir la menstruación de una forma sana, se tiene que renunciar a la rivalización entre mujeres, lo que puede iniciar desde un proceso individual y socializándolo con las mujeres a las que conozcamos. “Generar círculos o espacios exclusivamente para mujeres para hablar de nuestros propios intereses, inquietudes y saberes es uno de los mecanismos más potentes para que esto empiece a cambiar”.