Diferencias entre un estúpido y un idiota
Todos los días, en sus “mañaneras”, el presidente Obrador dice decenas de mentiras, según distintas empresas que han contabilizado que es falso hasta el 40 por ciento de lo que dice.
Por ejemplo, apenas en días pasados, Obrador dijo que el Instituto Nacional de Acceso a la Información le había entregado la lista de “periodistas chayoteros”, lo cual resultó falso.
¿Por qué? Porque el INAI desmintió al presidente. Es decir, Obrador volvió a mentir ante todos los mexicanos sobre una nueva persecución, selectiva, a sus críticos.
Además, de manera reiterada el presidente recurre al maniqueísmo; es decir, se asume como poseedor de la verdad absoluta entre el bien y el mal y, por tanto, decide entre quienes son buenos y malos. Así, emitió un listado de periodistas que, según su verdad paralela, son el mismísimo demonio.
Pero no es todo; de tanto en tanto, Obrador revela su venganza compulsiva. Y, en el caso que nos ocupa, apuntó su dedo flamígero contra lo que él mismo calificó como “el hampa del periodismo”, que son sus críticos.
En efecto, muchos mexicanos han probado que el presidente mexicano es mentiroso, maniqueo y vengativo. Sin embargo, pocos saben por qué.
¿Por qué, por ejemplo, el presidente Obrador insiste, todos los días, en mentir sin pudor ante millones de personas que ven las mañaneras?
¿Por qué la máxima autoridad del país pierde su valioso tiempo para calificar, de manera maniquea, como “hampones de la prensa” a sus críticos.
¿Por qué la casa presidencial elaborara una lista selectiva de periodistas que, según la maniquea concepción presidencial, son pillos sin perdón de Dios? Y claro, omite la virtud democrática de la transparencia del gasto publicitario
¿Por qué desde la casa presidencial se azuza a bots para linchar en redes a los críticos del presidente, con etiquetas como “#hamponesdeprensa”? ¿Por qué los bots identificados con Obrador llegan al extremo de amenazar de muerte a los periodistas críticos del presidente mexicano?
Las respuestas son diversas pero contundentes.
1.- Porque al acusar a los periodistas, Obrador y sus “genios” crean una cortina de humo ante la gravísima crisis del sector salud, generada por los recortes; sector que está a punto del colapso.
2.- Y la prueba de que es mentirosa y selectiva la lista de periodistas y medios dizque “chayoteros” es que el INAI nunca recibió una solicitud del presidente y que toda la información de todos los patrocinios a todos los medios y/o periodistas siempre ha estado disponible en Compranet.
3.- Por eso sólo fueron seleccionados poco más de 30 periodistas, los que casualmente son los más críticos del gobierno de Obrador y a los que se acusa de “recibir dinero” sin explicar que esos periodistas sólo recibieron el 2% del total del presupuesto publicitario, mientras que los aliados de AMLO reciben montañas de dinero.
4.- De esa manera, Obrador distrae la atención para que los ciudadanos se enojen porque mientras millones de mexicanos carecen de los servicios elementales de salud, un puño de periodistas críticos de Obrador se llevan millones de pesos.
5.- Y nunca se le dice a los ciudadanos –y por eso es una lista engañabobos–, que esa información es pública gracias a que por años, los constructores de la democracia mexicana lucharon por transparentar las partidas publicitarias a los medios. La información es pública porque Peña Nieto es uno de los presidentes más transparentes.
6.- Tampoco le dicen al público, por ejemplo, que el pago a los periodistas de la lista selectiva no es a las personas físicas, a ellos en lo individual, sino a empresas que cumplen una rigurosa revisión fiscal y que su función social ha sido fundamental para el fortalecimiento democrático.
Es decir, que con la proliferación de las pequeñas empresas periodísticas –dirigidas por los propios periodistas y que viven de patrocinios privados y públicos y que no pertenecen a los grandes grupos mediáticos–, se crea una red virtuosa que garantiza, a plenitud, la libertad de expresión y de pensamiento.
Además, cuando AMLO sataniza a sus críticos, muestra su talante autoritario e intolerante a las libertades fundamentales en democracia, como la libertad de expresión, de pensamiento y de crítica.
En pocas palabras, López Obrador pretende acabar con los verdaderos medios y periodistas críticos, porque todo su proyecto es el de la instauración de una dictadura.
Al tiempo.