Magistrado presenta iniciativa de reforma al Poder Judicial de SLP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 14 de mayo de 2019.- Javier Leyva Segura, de 42 años de edad, es Secretario de Estudio y Cuenta de la Quinta Sala Penal del poder Judicial del Estado, es decir, fue contratado para resolver casos de violencia familiar, violaciones, feminicidios y otros delitos que afectan a la mujer, pero en su vida privada es uno más de los atacantes.
En teoría, su ingreso al Supremo Tribunal de Justicia que encabeza Juan Paulo Almazán Cue en esta entidad, tuvo que haber sido acreditado bajo estrictos exámenes de evaluación, dada la responsabilidad del perfil que ostenta ese cargo. Sin embargo, pesan en su contra al menos dos denuncias de sus exparejas, por golpes y maltratos; demandas que pasaron desapercibidas o no fueron detectadas, en estos supuestos filtros.
Giovanna Chávez Acevedo, de 23 años de edad, acudió a Quadratín San Luis Potosí y contó su historia. Con el rostro desencajado y el nerviosismo que intentaba ocultar, Gio relató que conoció a Leyva Segura cuando cumplía los 20 años de edad. La experiencia y elegancia del abogado la envolvieron enseguida pese a la diferencia de edades, pero ahí comenzó el calvario.
Acompañada de su madre, la víctima relató paso a paso el martirio que vivió al lado de quien constantemente le presumía que se convertirá en juez. Mientras narra la triste historia, la persona que le dio la vida la toma de la mano y derrama un par de lágrimas, “es mi hija, tengo miedo de que algo le pase”, externó.
Giovanna, además de cursar sus estudios universitarios, compone canciones y su mayor pasión es el canto. Logró en poco tiempo abrir los conciertos de Fidel Rueda, Chuy Lizárraga, Julión Álvarez y Ana Bárbara. Y justo cuando crecía como la espuma, se enamoró.
Recordó que los primeros meses de relación trascurrieron sin problema, hasta que los conatos de violencia empezaron a convertirse en algo cotidiano, así como los celos enfermizos, gritos, humillaciones, golpes y maltratos del funcionario judicial, provocaron que Gio perdiera el control de sí misma y avanzara a ojos cerrados, tras su agresor. Por los constantes ataques y el amor desbordante, la joven decidió abandonar la música, su círculo social y hasta a su familia.
El abogado que casi le dobla la edad, es padre de tres hijos, dos varones y una mujer. La madre de éstos, quien se desempeña como actuario del poder Judicial del Estado, fue la primera en interponer una denuncia contra el sujeto, pero no procedió. A pesar que Gio fue testigo del maltrato que Leyva Segura daba a su expareja, decidió seguir a su lado, hasta que los golpes incrementaron contra su propia persona.
Tras una primera denuncia en julio del 2018, a mitad de su tormentosa relación, Gio decidió otorgarle el perdón, cuando el individuo tocó a su puerta acompañado de un mariachi y un hermoso anillo de compromiso. “Pensé que iba a cambiar”, dijo. “Tenía una venda en los ojos, no nos escuchaba”, la interrumpe su madre.
Decidida a volver a empezar, la artista retiró la denuncia y continuó con su historia de amor, al lado del aterrador defensor de mujeres. Nunca perdió la esperanza de que su carácter y comportamiento podría cambiar, pero las agresiones físicas y verbales cada día dejaban más huellas en su cuerpo y en su corazón.
Tras dos años y medio de una pesada y difícil relación, Giovanna Chávez Acevedo se armó de valor, abandonó su círculo vicioso y rompió su compromiso. Fue el 9 de abril del presente año, cuando interpuso una denuncia que se investiga bajo el expediente CDI/FGE/D01/10312/19, en la Unidad de Atención Temprana para la Mujer de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Gio, aquella joven con sueños, metas e ilusiones, hoy teme por su vida, ante los constantes acosos de los que continúa siendo objeto, pese a las medidas de protección que las autoridades ordenaron. Aún con los pronósticos en contra y un sistema de impartición de justicia, débil, obsoleto, omiso e impune, Gio busca a través de este medio, exigir justicia y alertar a las mujeres de este funcionario público que con dos denuncias por violencia familiar, continúa al frente de su cargo dentro del Supremo Tribunal de Justicia.
“Es desesperante tocar las puertas de las dependencias que están para defenderte y ninguna se abra, que te digan que no hay nada que hacer, aun cuando llegas toda golpeada, no quiero ser una estadística más, tengo miedo”, dijo Gio.
“Sólo cuento con el apoyo de mi familia, no hay autoridades que me ayuden, que mi caso sea un ejemplo más de que la omisión de las autoridades, lleva a que terminemos muertas; leo a diario casos como el mío que pueden evitarse, si los gobiernos se pusieran a hacer su trabajo”, finalizó.