Elecciones en Estados Unidos: ¿Cómo funciona el sistema electoral?
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 03 de mayo de 2019.- Este primero de mayo, Japón comenzó una nueva era ya que el príncipe heredero Naruhito ascendió al Trono del Crisantemo, después de que su padre Akihito abdicara a su título de emperador, hecho que no ocurría desde hace más de 200 años.
El especialista en estudios de Asia y África por el Colegio de México y profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, (UASLP), Flavio Rafael González Ayala explicó que, aunque este cambio en el imperio del país nipón no sucedía desde hace dos siglos, es bien visto considerando la situación actual que se vive en el mundo.
De igual forma, explicó que cada emperador representa una nueva era, un nuevo cambio. En el caso de Naruhito se trata de “Reiwa”, palabra compuesta de dos caracteres: Rei y Wa, que significan “orden” y “paz” o “armonía”, respectivamente.
Así como su padre, Naruhito mantiene una figura pacifica en esta nueva era a contrario de su abuelo Hirohito, quien vivió durante un periodo bélico, “el ser pacifico le permitió sobrevivir y continuar el imperio japonés a Hiroito, una figura a la que incluso algunos países lo querían muerto porque le daban la responsabilidad de lo que había pasado a Japón durante la Segunda Guerra Mundial”.
En la actualidad, Japón es un “laboratorio social muy interesante de transformaciones”, en el que los cambios que realiza se dan de una manera tan estructurada y ordenada que pareciera que se mantiene igual, “quizá su sociedad y el mismo emperador pudieran hacer cambios, pero no sabemos cuál sea la intención y los cambios sociales a los que se tengan que enfrentar”, comentó el especialista.
Cabe señalar que Japón está estructurado como una monarquía constitucional en el que la toma de decisiones corresponde al primero ministro, mientras que el emperador es una figura emblemática, aunque “sigue siendo trascendental e importante”.
Los retos para la monarquía japonesa
A pesar de que Naruhito fuera nombrado recientemente como emperador, esto no impide que comiencen los cuestionamientos sobre la sucesión del trono ya que al tratarse de un imperio patrilineal —solo los hijos varones pueden nombrarse emperadores—, el reinado recae en el único heredero actual, el príncipe Hisahito, sobrino del emperador.
Señaló que, aunque sí han existido emperatrices se trata de casos puntuales con ciertas reglas, ya que la ley nipona aún no permite que una mujer de la familia imperial ocupe el trono.
Recordó que hace un par de años en la Dieta de Japón —órgano máximo de poder del país asiático de acuerdo a su constitución— se realizó la petición para cambiar la norma ante el peligro de contar solo con un descendiente varón, “sin embargo no prosperó ese cambio constitucional (…) a lo mejor se permitiría alguna mujer, pero no como algo esencial. Recordemos que Japón sigue siendo una sociedad machista o muy tendiente a la parte masculina”.