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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 27 de abril de 2019.- El Banco de Alimentos de San Luis Potosí A.C. (Bali), vive una severa crisis desde hace varios años, por la baja de donativos que se ven reflejados en sus bodegas, las cuales se encuentran al 25 por ciento de su capacidad.
Rosalba Zavala, coordinadora de Capacitación Alimentaria del banco, dijo que desde 2005 atraviesan por esta situación, en la que influyen factores como la economía del país y la falta de apoyo de la gente.
“Se nos ha reducido un 45% el acopio de alimentos, pero nuestros beneficiarios crecen y entonces tenemos que buscar otras alternativas”, indicó.
Dijo que esta asociación civil se dedica al acopio de alimentos perecederos y no perecederos -a través de donativos o comprados a un costo bajo-, los cuales se distribuyen a personas de escasos recursos o que se encuentran en algún tipo de vulnerabilidad, ya sea social, económica o alimenticia.
Sin embargo, no trabajan solos, sino en conjunto con la red nacional Banco de Alimentos de México (Bamex), la cual agrupa alrededor de 57 establecimientos de este tipo en toda la República Mexicana.
En San Luis Potosí, indicó, están por abrir 10 sucursales en diversos municipios, pues no se puede abastecer a todas las personas desde la sede central. En la actualidad operan siete en municipios estratégicos como Ciudad del Maíz, Ciudad Valles, Matehuala y Mexquitic de Carmona, entre otros.
“ANTES ESTABA LLENO”
La coordinadora Zavala dijo que en su área de almacén cuentan con estanterías que pueden albergar hasta 100 toneladas de alimentos, pero hoy en día sólo tienen 15 toneladas. “Anteriormente venías y veías todo lleno, pero ahorita no es así. Batallamos muchísimo para conformar nuestras despensas últimamente”, señaló.
Esto, pese a que cuentan con donativos hechos por empresas del ramo alimenticio trasnacionales, nacionales y locales. Asimismo, cuentan con convenios con invernaderos, la Central de Abasto y centros comerciales.
El Banco de Alimentos compra frijol, arroz, aceite, pasta, entre otros productos.
“No todas las despensas salen con ese alimento porque es costoso para nosotros. Nuestras despensas no llevan algún tipo de alimento en específico, como trabajamos a base de donativos, depende de lo que nos donen”, aclaró Rosalba Zavala.
No solamente se encargan de apoyar a sus beneficiarios directos, porque al ser una institución de segundo piso, dan ayuda a otras instituciones como asilos de ancianos, casas hogar, casas cuna, centros de rehabilitación, escuelas, entre otras.
Aunque también les ofrecen herramientas a los beneficiarios para que puedan salir adelante a través de talleres de alimentación, de huertos familiares, de traspatio y medicinales, indicó.
En el estado hay alrededor de 64 mil beneficiarios, donde sobresalen habitantes de Ciudad Valles, Tamuín, Tamazunchale y Tampamolón.
En el banco atienden al núcleo familiar, pues la pobreza alimentaria “ataca todos los estratos de la familia, aunque hay más vulnerabilidad social en la marcha urbana de la periferia. Estamos hablando de colonias de la capital como Terremoto, Milpillas, Maravillas (…), son personas de muy escasos recursos”.
El alimento se entrega cuando las personas se organizan en grupos y comunidades, y acuden a las instalaciones del banco. De igual forma, el departamento de Trabajo Social visita de forma directa las colonias para entregar las despensas, aunque depende de la lejanía, pues no cuentan con automóviles suficientes para cubrir todo el estado.