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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., a 22 de abril de 2019.- Ser lavacoches pudiera parecer un trabajo sin mucha importancia, sin embargo, es todo lo contrario, requiere honestidad, responsabilidad, eficacia y rapidez. En toda la ciudad hay un sinnúmero de personas dedicadas a este oficio, para quienes aman traer su carro limpio por un módico costo.
Existen en San Luis Potosí, varias empresas que ofrecen el servicio, pero una gran mayoría no tiene un respaldo de este tipo. Es el caso de Juan Valentín Medina, con domicilio en la Morales-Saucito, quien trabaja en el estacionamiento de un supermercado ubicado sobre la avenida Salvador Nava y Chapultepec.
“Tengo 27 años y desde hace cuatro, trabajo como lavacoches, con otros tres compañeros, uno de ellos no tiene manos y sólo nos ayuda a ubicar los carros en los espacios libres para que nosotros podamos lavarlos”, explicó.
El muchacho, calzando unas toscas botas para evitar enfermarse si el agua llegara a filtrarse a sus calcetines y a sus pies, vestido con un pantalón de mezclilla con varios hoyos a causa de tanto uso, de esos que los “fifís” compran en precios exorbitantes, además de una playera verde y un sombrero de paja para cubrirse el rostro del sol que amenaza con quemar más su piel morena, señala que su jornada empieza cerca de las 5:30 de la mañana, cuando se levanta y comienza a vestirse para que a las 6 en punto pueda salir de su domicilio y llegar al estacionamiento donde trabaja a las 7 am.
“Ahorita son vacaciones, hay poco movimiento, pero regularmente, a partir de las 7 de la mañana, debemos estar aquí trabajando, porque a esa hora llegan muchas personas que quieren llevar sus vehículos limpiecitos a sus trabajos”, señala.
RÁPIDO Y BARATO
El costo por lavar el chasis de un vehículo es de 50 pesos, si el dueño quiere que la unidad quede limpian a conciencia del interior, tiene que pagar 70 pesos, a diferencia de los más de 100 pesos que se cobra en algunos autolavados. Ni más ni menos, en 15 minutos el vehículo estará reluciente.
Juan Valentín dijo también que a las nueve de la noche, todos los lavacoches que trabajan aquí se retiran a sus casas, cansados de una larga jornada en la que llegan a lavar más de 15 vehículos cada uno.
“A veces llegan clientes antes de las nueve de la noche que nos piden que lavemos su carros y eso hace que ya no encontremos camión; por ejemplo yo, cuando eso sucede, tengo que pagar taxi, casi 120 pesos, pero ni modo, trabajo es trabajo, y es así como nos ganamos la confianza de la gente, que siempre vuelve, además de que damos barato para tener más chamba”, dijo entre sonrisas.