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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 14 de abril de 2019.- Para los católicos -que son más de mil millones en todo el mundo- la Semana Santa o Semana Mayor es la más importante de todo el año, ya que en ella se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
En Domingo de Ramos los feligreses acuden a la bendición de palmas, donde el sacerdote hace la lectura de la pasión de Cristo. El sacerdote viste su túnica de color rojo para simbolizar la sangre que derramó Jesús en la cruz.
Después de que los fieles aclaman a Cristo como su salvador llevan las palmas benditas a su casa y las colocan en la puerta del hogar como un signo de compromiso con Jesús.
Este domingo en San Luis Potosí, el arzobispo de la arquidiócesis potosina, Jesús Carlos Cabrero Romero, encabezó la caminata a la Catedral Metropolitana donde ofició misa y posteriormente bendijo los ramos.
Esta conmemoración tiene su historia. Como todos los judíos, Jesús -que era judío- viajaba una vez al año a la gran ciudad de Jerusalén para celebrar la pascua judía también llamada Pésaj, que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto.
Según la religión católica, Jesús vivió hasta los 30 años de edad en la casa paterna de Nazaret en la región de Galilea, al cumplirlos emigró a Cafarnaúm, en la misma región de Galilea, donde formó a sus apóstoles y convivió con mucha gente, principalmente pescadores, campesinos y obreros.
A sus 33 años ya era muy conocido, la gente lo seguía con gusto, pero en Jerusalén un grupo de sacerdotes lo consideraban como impostor “por decir ser el hijo de Dios” y quien los llevaría a la tierra prometida, de tal manera que buscaban la forma de acabar con él.
Se cree que la última vez que viajó a Jerusalén, fue a esta edad, sabía que tenía que morir por la humanidad y en señal de que traía la paz al mundo entró a la ciudad montado en un asno, la gente lo aclamó como rey y lo recibieron con palmas y ramos de olivo que utilizaron como banderas, algunos se quitaron los mantos para ponerlos a manera de alfombra y le gritaban Hosanna, que significa «salva te rogamos».
La Iglesia católica adoptó recibir a Jesús con las palmas, para aclamarlo como el salvador de Israel.