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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 25 de marzo de 2019.- Francisco Gabilondo Soler, mejor conocido como Cri-Cri, nació hace más de 100 años y a pesar de haber transcurrido tantos años, su música aún se escucha en los hogares mexicanos y es parte de la infancia de cientos de niños, así como de adultos.
“Que dejen toditos los sueños abiertos” es una obra que no solo nos ayuda a recordar la vida y obra de Cri-Cri, sino que también la celebra y la mantiene con vida en una época en la que se puede acceder y conocer a todo tipo de artistas, “el delirio cibernético en el que vivimos no va a anular la riqueza de esta obra que ya forma parte del colectivo nacional y que nos sigue hablando a pesar de haber sido escrita hace más de 50 años. Este es un espectáculo para los niños, pero también para los papás, las mamás y los abuelitos que fuimos niños con la magia de este compositor inusitado”.
El maestro Mario Iván Martínez comentó que, con esta obra, se pretendió alejarse de las canciones más célebres, mediante la selección de un sano balance entre “lo que vale la pena conocer y aquello de lo que la gente quiere ver en un espectáculo de Cri-Cri, evitando la miscelánea de programación de los grandes hits, uno tras otro de manera inconexa”.
Además de sus canciones, también se pudo disfrutar de textos escritos por el maestro Gabilondo para la estación de radio “W”, para vertebrar la programación de sus canciones, por lo que chicos y grandes disfrutaron melodías como “La Sirenita”, “Los Sueños” o “El Fantasma”.
Con un escenario pero que pudo parecer simple, se trajo la magia e imaginación que el mismo Cri-Cri imprimía en sus canciones. Por lo que los asistentes pudieron viajar junto con él a la Argentina a aprender tango con “Ché Araña”, enfrentarse a la fuerza del dios Neptuno y ser rescatado por “La Sirenita” e incluso quedar encerrado en antiguo jarrón chino con un dragón con “Chong Ki Fu”, así hasta recorrer todo el mundo.
“Gracias a que era un hombre de una vasta cultura, podemos presumir un acervo sumamente rico, en donde, con gran conocimiento y bagaje cultural nos ofrece un perfecto tango, un minuendo, todos los ritmos musicales posibles”, explicó el maestro Mario Iván.
El que sea embajador de la obra de Cri-Cri, le ha dejado claro que difunde una obra de muchas virtudes melódicas, literarias, que cuenta con gran acervo musical que puede ser reconocido en muchas partes. Esto radica en que sean 260 obras, “Sería una lástima que los niños de hoy se pierdan la oportunidad de crecer con un repertorio tan rico que además ostenta una prosodia perfecta y una inspiración musical notable dotada de buen humor, ingenio y el más lucido pensamiento”.
La tarea del maestro Mario Iván fue traducir a un lenguaje escénico, lo que fue concebido para la radio, a través de la palabra y la música, “encontrar un lenguaje escénico sin sobre ilustrar, sin caer en la tentación de botargas para cada personaje, entonces con un elemento, un sombrero, u traje completo”.