
Estado y Federación fortalecen desarrollo de San Luis Potosí
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 4 de julio de 2025.- La Arquidiócesis de San Luis Potosí confirmó que no existe un protocolo institucional para restringir el uso de imágenes religiosas con fines políticos o partidistas, esto luego de que el alcalde Enrique Galindo presumiera en sus redes sociales una gira internacional, incluyendo una visita al Vaticano, donde aseguró haber invitado al Papa Francisco a la capital potosina.
Las declaraciones fueron hechas por el vocero de la Iglesia católica en la entidad, Tomás Cruz Perales, quien señaló que no hay lineamientos específicos que prohíban o regulen la utilización de símbolos religiosos en contextos políticos, aunque reiteró que la Iglesia no alienta su uso fuera de espacios litúrgicos.
La gira del alcalde, que incluyó Italia y España, fue cuestionada desde el Congreso del Estado y por actores públicos, quienes señalaron que estos viajes no han traído beneficios claros a la ciudad, que enfrenta problemas de inseguridad, falta de agua y deterioro urbano.
El uso político de figuras religiosas no es nuevo.
En meses recientes, también se generó controversia cuando la Presidenta de México apareció con la imagen de la Virgen de Guadalupe en su vestimenta durante un acto público, hecho que fue criticado por sectores de la comunidad católica.
A nivel nacional, en 2018, la Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un pronunciamiento en contra de la utilización de la imagen guadalupana en campañas políticas, al considerarla un acto de instrumentalización de la fe.
Sin embargo, no existen sanciones eclesiásticas formales para este tipo de acciones, lo que deja un vacío normativo dentro de la propia Iglesia.
Especialistas en derecho electoral han advertido que el uso de símbolos religiosos en campañas puede contravenir el principio de laicidad establecido en la Constitución, aunque la regulación depende de los órganos electorales.
El vocero Cruz Perales afirmó que el respeto a los valores cristianos debe ser prioridad, pero reconoció que no hay una política clara para limitar que figuras religiosas sean utilizadas con fines proselitistas.