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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 24 de marzo de 2019.- Louis Valentín Mballa es originario de Camerún, llegó a México hace 16 años gracias a la oportunidad de estudiar su posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); en el 2011 decidió hacer su vida en la capital potosina, donde se desempeña como investigador en el Centro de Investigación y Estudios de Posgrado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
Tiene dos licenciaturas: Economía y Filosofía, las cuales estudió en su tierra natal; tiene además una maestría en Relaciones Internacionales, así como un doctorado en Ciencias Políticas y Sociales. Como él lo dice “es un poco de todo”.
Aunque existen muchos factores y aspectos diferentes entre Camerún y México que podrían dificultar el cambio de un país a otro, para el doctor Louis es más una cuestión mental lo que afecta el cómo se adapte a la vida en una nación desconocida.
“Si quieres superar los obstáculos, los superas donde quiera que vayas: el idioma, la comida, todo eso. Si tienes la mente cerrada se te hace difícil, pero si llegas con disposición para aprender e integrarte en los circuitos culturales, se te hace más fácil. Bueno, ese fue mi caso”, comentó.
Sin embargo, hubo un aspecto que le generó más conflictos que otros: el idioma. Cuando llegó no hablaba español y a ello se le añadía la presión de entrar a la maestría; ese fue uno de sus más grandes retos, el empezar los estudios con muy poco manejo del castellano.
Tomó un programa del estudio del idioma en Cuernavaca por un año, algo a lo que le vio un inconveniente, pues tenía que esperar a que terminara el curso para iniciar con la maestría.
Para él, eso significaba perder mucho tiempo, así que decidió aprender solo las reglas básicas de la gramática y la estructura del idioma, lo demás (incluidas las groserías y el doble sentido) se dio con la práctica al estudiar su maestría, el leer, escuchar las noticias y escribir en español, aunque reconoce que aún le falta mucho por saber “es un aprendizaje permanente”.
Lo demás, la comida, la gente, el Distrito Federal como se conocía, a todo ello se fue adaptando con todas las herramientas que tenía.
El doctor Louis señala que entre México y Camerún existen muchas similitudes culturales, semejanzas entre las relaciones interpersonales y la vida comunitaria. Aunque también ha observado que, en San Luis Potosí, desde su visión académica, ha percibido los puntos de convergencia y divergencia.
Ha percibido que existe una identidad propia, la creación de redes cerradas, de fronteras entre grupos; algo que da forma a la identidad, a la personalidad del potosino, que para él es positivo porque lo distingue de los demás.
Por lo que, entre lo que él vive como individuo y cómo lo vive, trata de propiciar más puntos de convergencia que de divergencia, inclusive si eso significa el que tenga que ceder parte de sus gustos.
Para adaptarse a México tuvo que sacar la fortaleza de su personalidad y no dejarse pisar por alguien más y aunque en algún punto le ha tocado vivir episodios de discriminación, trata de ponerse por encima de eso, por no dejarse afectar. Así que intenta comprender esos fenómenos como una manifestación de rasgo de inferioridad “porque tú te crees grande, al final no eres nada, nadie es superior a otro”.
El dejar su país también implicó dejar su familia, su círculo de la infancia, a sus padres, cinco hermanos (dos mujeres y tres varones), sus primas y primos, así como a sus abuelos; a pesar de los años transcurridos, aún sueña con su tierra cuando cierra los ojos y el sentimiento de pertenencia continúa: “No hay un momento en que deje de extrañarlos, siempre están en la memoria”.
Los avances de la tecnología y los nuevos métodos de comunicación le han ayudado a superar la nostalgia. Cada día se mantiene en comunicación con su familia y por las noches se conecta por Skype para hablar con sus hermanas para mantener al corriente, también cuenta con grupos en WhatsApp con sus hermanas y hermanos, así como con sus tíos.
También ayuda a que continúa en contacto con el gobierno de su país y cada año regresa a Camerún, donde ya le tienen preparada una agenda de trabajo, en la que se incluyen conferencias y seminarios a profesores, estudiantes y políticos, “es mi forma de contribuir”. Además de que es el presidente de todos los cameruneses que viven en México y América Latina.
Con las visitas anuales también trae consigo condimentos y otros ingredientes utilizados en la cocina de su país, además de que en cada examen profesional o al momento de ofrecer alguna conferencia porta el tradicional gandura, indumentaria de gala de Camerún y cuando no es así, sus hermanas y hermanos le envían lo que necesite.
Antes de instalarse definitivamente en México, viajaba a varias partes del mundo y su estancia era de forma temporal. Cuando ingresa a la universidad y su contrato se da a tiempo completo, eso le dio el motivo para quedarse en el país, “para qué iba a seguir brincando por todos lados, mejor estoy aquí”.
En la actualidad, está casado con una potosina y tienen dos pequeños de tres y dos años, “están chiquitos, pero bien latosos”. En su hogar se da una gran mezcla, en donde emergen la cultura, la comida y el idioma; son parte de su formación en la que aprovechan toda la riqueza de México y Camerún.
El doctor Louis pronto tomará un año sabático que aprovechará para llevar a su familia a Camerún para que así conozcan sus raíces. Por el momento, no está en sus planes regresar de manera permanente a su tierra, solo vive el momento y está comprometido con su trabajo en la universidad.
El futbol es una de sus pasiones, su pecado como él lo llama; los Pumas de la UNAM es su equipo y nadie se lo arrebata, también lo es Tormenta, el club de su universidad en su país y por supuesto la Selección de Camerún.
Mientras, disfruta de sus descansos durante los fines de semana; cuando llega el viernes y el reloj marca la salida a las 7:00 de la tarde, se siente contento porque sabe que al día siguiente estará en su casa, con su esposa e hijos.