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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 20 de Junio de 2025.- Las denuncias por pederastia clerical han marcado a diversas diócesis en México y el mundo, siendo San Luis Potosí uno de los estados con casos más graves y documentados en el país.
En el ámbito nacional, Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, fue acusado desde la década de 1970 por al menos 60 menores. En 2019, la propia congregación admitió 175 casos de abuso infantil cometidos por 33 clérigos, incluido Maciel.
El 12 de junio pasado fue detenido Rafael Cabrera, sacerdote de los Legionarios de Cristo y exdirector de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac, por la presunta violación de un menor, hechos que ocurrieron entre los años de 2004 a 2011.
Según datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, 426 sacerdotes fueron investigados por pederastia entre 2012 y 2022.
El más escandaloso ha sido el de Eduardo Córdova Bautista, exapoderado legal de la Arquidiócesis de San Luis Potosí.
Al clérigo se le acusa de haber abusado de entre 100 y 120 menores durante casi tres décadas, utilizando barbitúricos para sedar a sus víctimas.
En junio de 2014 surgieron al menos 19 denuncias, muchas de ellas por violación calificada y corrupción de menores. A pesar de que existe una orden de aprehensión en su contra, se encuentra prófugo, mientras que la Arquidiócesis considera el caso “cerrado”.
Otro caso fue el de Guillermo Gil Torres, párroco en Soledad de Graciano Sánchez, detenido en junio de 2014 por abuso sexual calificado. Sus funciones fueron suspendidas un mes antes y fue recluido en el Centro de Internamiento La Pila.
En ese mismo año, José de Jesús N fue detenido en flagrancia en un templo de la capital potosina, tras abusar de un joven de 19 años.
También están documentadas denuncias contra Noé Trujillo, por estupro a una menor de 14 años, y Francisco Javier Castillo Ríos, este último exonerado judicialmente, aunque enfrentó proceso canónico.
La entonces Procuraduría General de Justicia del estado emitió al menos seis órdenes de aprehensión contra sacerdotes por abuso sexual. Las investigaciones han revelado patrones de manipulación psicológica, sobornos y encubrimiento institucional.
Las respuestas del Vaticano han variado: mientras que Juan Pablo II fue criticado por su inacción, Benedicto XVI endureció sanciones canónicas y el papa Francisco pidió perdón públicamente.
En varios países, como Estados Unidos, Canadá, Irlanda y Australia, se han otorgado indemnizaciones millonarias, se han creado comisiones de la verdad y algunos sacerdotes han enfrentado procesos penales, aunque muchos murieron sin juicio.