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Acaso la última victoria del hombre ejemplar llamado José Mujica fue haber exhibido, post mortem, la farsa que siempre ha sido el partido oficial mexicano, Morena.
Una victoria de la honestidad verdadera, de la congruencia plena, la medianía palpable y los auténticos ejemplos de vivir al día, sin lujos, sin excesos, sin engaños y menos aún sin fantocherías.
Y es que, una vez que se conoció el deceso del expresidente de Uruguay, en México se desbordaron los elogios al “izquierdista ejemplar”, no sólo desde la claque de Palacio, sino de esa opulenta clase política depredadora del poder que se adueñó de Morena.
Sin embargo, en los hechos, no existe uno solo de los políticos, líderes y gobernantes de Morena que resista la menor comparación con el ejemplar “Pepe” Mujica.
Sí, todos en Morena se han dedicado al saqueo, al enriquecimiento sin límite, al dispendio sin freno y, sobre todo, a robar a manos llenas el dinero público; todo lo contrario de José Mujica, a quien hoy los cínicos políticos de Morena alaban sin freno.
Y es que “El Pepe” —como lo llamaban cariñosamente sus compatriotas— fue un líder social y político que, antes, durante y después de acceder al poder, vivió en la justa medianía, en la misma casa humilde de siempre, sin lujos, viajando en su viejo “vocho”, y ajustado a un presupuesto de total austeridad.
Una realidad que contrasta, por ejemplo, con los lujos de un López Obrador que vivió en un Palacio, que mandó a sus hijos a estudiar a escuelas en el extranjero y que, junto con su familia, organizó el mayor saqueo del dinero público en la historia de México.
Pero la incongruencia no solo aparece en los casos de López Obrador, de su familia y su claque; tampoco es exclusiva de Claudia Sheinbaum y su mafioso grupo político. Se trata de una incongruencia generalizada: desde el más humilde de los morenistas, hasta el más encumbrado en los gobiernos del partido oficial mexicano.
Por eso, cuando en la Comisión Permanente del Congreso —el pasado 14 de mayo de 2025— los legisladores de Morena intentaron rendir un homenaje, se desató un verdadero escándalo frente a la incongruencia, la hipocresía y la falsedad de los políticos del partido oficial, frente a la vida ejemplar de Mujica.
Y el escándalo fue tal que la senadora del PAN, Lilly Téllez, ridiculizó desde la tribuna legislativa a “morenistas” como Gerardo Fernández Noroña, Adán Augusto López y Manuel Bartlett, entre muchos otros, a quienes acusó de usar la figura de Mujica con fines populistas, cuando, en los hechos, son todo lo contrario.
Así lo dijo Lilly Téllez, senadora del PAN y exmorenista:
“Pepe Mujica predicó con el ejemplo y ustedes son todo lo contrario… No tenía las propiedades de Bartlett, que ustedes defienden; ¿cómo pueden venir a alabar al fallecido expresidente de Uruguay? Vean la forma en que murió y vean cómo vive López Obrador; como un verdadero jeque… ¡Qué hipócritas son!” (Fin de la cita)
El problema, sin embargo, es que en México son muchos los que siguen creyendo las mentiras, los engaños, el saqueo al dinero público que llevan a cabo todos los gobiernos de Morena; todos sus líderes y todos sus políticos.
Y mientras siga existiendo una sociedad como la mexicana, que cierra los ojos a la realidad a cambio de una migaja económica, seguirán en el poder los sátrapas como los que hoy son dueños del partido Morena y de sus gobiernos.
Al tiempo.