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San Luis Potosí, 9 de febrero de 2025.- Para muchas personas, aplicar perfume es un hábito esencial, tan importante como elegir la ropa del día. Según la psicología del olfato, este gesto no solo responde a una preferencia estética, sino que está vinculado con la autoestima, la seguridad personal y la construcción de la identidad.
De acuerdo con el artículo “El perfume”, publicado por la Universidad Autónoma de Hidalgo, las fragancias están diseñadas para impactar positivamente en el ser humano. El sentido del olfato, al estar conectado con el sistema límbico, influye en el estado de ánimo y en la forma en que procesamos recuerdos y emociones.
El perfume como reflejo emocional
El uso constante de una fragancia específica puede funcionar como un ancla sensorial, generando sensaciones de bienestar y estabilidad. Según el Instituto de Rehabilitación Neurológica (IRENEA) de España, los olores pueden:
• Despertar recuerdos asociados a personas o lugares.
• Generar emociones como calma, nostalgia o alegría.
• Influir en la percepción que los demás tienen de nosotros.
Esta relación entre el aroma y la memoria explica por qué ciertas fragancias pueden evocar momentos específicos de la vida.
El impacto del perfume en la percepción social
Según estudios de memoria olfativa, el perfume que usamos habitualmente no solo nos define, sino que queda grabado en la memoria de quienes nos rodean. Algunas fragancias pueden asociarse con confianza, elegancia o incluso con la identidad de una persona.
Más allá de su función aromática, el perfume se convierte en una herramienta para proyectar seguridad, generar emociones positivas y reforzar la identidad personal.
Reproducción autorizada citando la fuente: Quadratín SLP (sanluispotosi.quadratin.com.mx)
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