Plan México
Este fin de semana se propagó con inusual rapidez la noticia del arresto de Rómulo, el exalcalde de Ciudad Valles (2007-2009) y exsecretario del Bienestar de Tamaulipas durante la administración de Francisco García Cabeza de Vaca. Donde también fue su asesor.
Desde que Cabeza de Vaca dejó el cargo, la temporada de caza era inevitable. Y capturas como esta se alzan como el trofeo político que muchos afines a la 4T esperaban. Aunque su objetivo siga siendo la pieza de mayor valor en la partida, claro está.
El caso de Rómulo nos demuestra que la intensa pugna política que vive aquel estado desde el cambio de poder en 2022 será cada vez más encarnizada. A él, le achacan presuntos delitos financieros en la SEBIEN tamaulipeca por 125 millones de pesos.
Con el gobernador morenista, Américo Villarreal, al menos 85 carpetas de investigación por presuntas irregularidades de su antecesor y allegados apuntan con precisión quirúrgica a figuras clave, como el extitular de SEBIEN.
Su historia con Cabeza de Vaca es bastante conocida, el exmandatario lo rescató de aguas muy profundas, luego de haber vivido terribles afrentas de los grupos delictivos recién llegados a la región Huasteca Potosina cuando apenas dejaba la Presidencia Municipal; el panismo, que alardeaba unidad, lo dejó solo.
Es extraño que su detención por un asunto que implica fuertes acusaciones del orden financiero ocurriera en un contexto tan peliculesco: vendiendo elotes en un emprendimiento personal frente a una tienda comercial de Ciudad Valles.
El exalcalde, y también exdiputado -local y federal- panista, ponía pausa a temas político-electorales luego de perder en un segundo intento de gobernar el mismo municipio como candidato de Movimiento Ciudadano, partido al que lo invitó Marco Gama, un viejo amigo que también renunció al PAN.
Rómulo enfrenta cargos por uso ilícito de atribuciones y facultades, supuestamente cometidos entre 2016 y 2022. Aunque dejó su cargo en 2021, ya no tenía el respaldo del Congreso tamaulipeco que entonces tenía mayoría de Morena, y los reflectores se dirigieron rápidamente hacia su sucesora, Yahleel Abdala.
Y así, lo que parecía ser una estrategia de reconciliación con sectores clave, pronto se transformó en señalamientos que alcanzaron a perfiles de variado peso político, pero la mayoría de ellos vinculados al PAN. Hay serias dudas sobre hasta qué punto buscan aclarar cuentas financieras del pasado, o siguen -nomás porque pueden- dando manotazos por añejos agravios políticos.
Lo que Tamaulipas merece no solo es justicia, sino reconciliación. De modo que, cualquier jugada que no esté cimentada en la verdad, solo avivará las divisiones.