Esquiroles de oposición, apoyan a Morena
En el contexto de los resultados de las encuestas, con cifras contundentes para que el
pueblo elija a ministros, magistrados y jueces e igual, con esa misma fuerza, para
crear un órgano independiente del poder judicial que vigile el desempeño de los
juzgadores, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
tiene programado para el miércoles 26 de junio resolver el recurso de revisión
246/2023.
Un caso de transcendencia nacional que de manera inusual ha llevado al senador
Emilio Álvarez Icaza a plantear en dos ocasiones el tema en el salón plenario del
Senado.
Álvarez Icaza es secretario de la Comisión de Derechos Humanos y es evidente que
jamás actuaría con ese énfasis si no tuviera la plena convicción de que se ha
cometido una grave injusticia, por eso no ha dudado en alertar a ministros y ministras
de dicha sala del riesgo de caer en la revictimización.
Con la experiencia de haber sido Ombudsman en la Ciudad de México y secretario
ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por supuesto que
investigó antes de fijar posición y defender al periodista que ha logrado dos
resoluciones de inocencia de distintas autoridades.
Sabe que indebidamente se reabrió el proceso penal y se revirtió en contra del
periodista, al que ve como víctima. Por eso su llamado a integrantes de la Primera
Sala para que no lo vayan a revictimizar.
Es un caso que lleva ya más de once años. Ha llegado a la Corte porque en el camino
encontró juzgadores que se apartaron de la imparcialidad y la ética. No hubo quien los
frenara, sancionara y corrigiera sus fallas. Lo que se llama Consejo de la Judicatura
Federal, que se supone tiene esa misión, ha sido insuficiente, por su papel de juez y
parte.
La Primera Sala de la Corte está a tiempo de hacer justicia, atajar la revictimización y
reconocer la inocencia del periodista.
Sería excesivo, por este solo caso, generalizar y decir que todo está echado a perder
en el poder judicial.
Hay juzgadores valiosos, intachables y honestos.
Las encuestas elaboradas por De las Heras, Enkoll y la Comisión de Encuestas de
Morena no vieron un poder podrido.
A la pregunta si todos los ministros, magistrados y jueces son corruptos, 20%, 17% y
17% fueron los porcentajes de las respuestas.
En una segunda pregunta, si la mayoría son corruptos, las cifras aumentaron a 38%,
44% y 40%.
Un año atrás, en 2023, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía detectó que la
percepción de corrupción en el poder judicial era de 83.1%
Es innegable que existe corrupción, los juzgadores son de carne y hueso, pueden
equivocarse e incurrir en irregularidades que deterioren la salud y el patrimonio de
familias.
Por eso, es de considerarse la creación de un órgano independiente del poder judicial,
como se ha propuesto, para vigilar y sancionar el trabajo de juzgadores, desde jueces
hasta ministros.
Lo que ahora se hace para supervisarlos, no funciona.
Con altos porcentajes en las encuestas de Morena y de las dos empresas privadas, el
pueblo también estuvo de acuerdo en la necesidad de la reforma judicial y en el voto
ciudadano para elegir a ministros, magistrados y jueces.
Ahora viene el parlamento abierto.
Enhorabuena que los juzgadores hayan decidido levantar la mano para participar,
debatir e intercambiar opiniones en los foros organizados por el poder legislativo.
Hay consenso en que la institución debe perfeccionarse.
Así lo quiere el pueblo.
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