Economía en sentido contrario: Banamex
La amenaza no es latente, es palpable. No es una proyección, es una realidad. Personas involucradas en las elecciones como posibles candidatos han sido asesinadas. Comunidades enteras están siendo amenazadas para que voten sumisos por quienes los criminales les indiquen. La agencia norteamericana antinarcóticos tiene registro de subvenciones ilícitas que los carteles donaron a las campañas de López Obrador.
Se sospechaba desde hace tiempo que el crimen organizado estaba metiendo mano en las urnas, pero ahora es más que evidente. Es innegable que la actitud de AMLO en estos 6 años ha sido la más complaciente con el narcotráfico. Por ello a muchos les pareció lógico que surgiera la información sobre los donativos recibidos de parte de la Barbie del cartel Beltrán Leyva a su campaña a través de su chofer Nicolás. Los vínculos de él y sus hijos con grupos de narcotraficantes, su constante presencia en Badiraguato y las demás causas de sospecha como los sobres amarillos recibidos por sus hermanos o la inclusión de personajes macabros como Manuel Bartlett en su gabinete dejan poca duda. El gobierno de AMLO tal vez no esté más coludido con el narcotráfico que los gobiernos que le antecedieron, pero podría decirse que al menos estos le disimulaban, o que el de la 4T de plano es muy cínico.
La realidad es que nuestro sistema democrático no solamente corre peligro por las reformas pretendidas por AMLO y su banda de rufianes, sino que está verdaderamente encañonada y este monero se imagina cómo surcarán este 2 de junio las boletas y los balazotes.
Debe quedar claro que al gobierno no le debería preocupar tanto los ires y venires de las campañas actuales y sus candidatas, sino garantizar y proteger las elecciones como una responsabilidad y una obligación indispensable para nuestro país. Pero ya sabemos que el señor solo vino a dar su espectáculo de payasito charlatán y hacer las obras que se le vinieron en gana y con las que ha podido robar a manos llenas al erario público.
De alguna manera me huele a que para hacer todas esas porquerías siempre se sintió protegido por sus patrocinadores desde el lado oscuro. Esa frase de abrazos, no balazos, fue probablemente el cierre de un trato en el que entregó nuestro país a los demonios del crimen organizado.