Exigirán cámaras de seguridad en cada rincón de hoteles de Cancún
QUERÉTARO, Qro., 19 de septiembre de 2023.-Siete de la mañana con 19 minutos, así lo decían los conductores de radio y televisión el 19 de septiembre de 1985, un movimiento telúrico comenzaba a notarse en la capital del país; se pensaba que uno como otro de los muchos que pasaban periódicamente y que sacudían a las personas provocando nervios, pero esta vez las cosas serían diferentes, comenzó a hacerse más y más largo.
La diferencia en ese entonces recayó en el tipo de movimiento y su duración: 1 minuto con 30 segundos, oscilatorio y trepidatorio. Su epicentro se generó a pocos kilómetros de la desembocadura del Río Balsas frente a la costa de Lázaro Cardenas, Michoacán, provocado por un fenómeno de subducción en la Placa de Cocos, eso fue determinante para su capacidad destructiva, que alcanzó el terreno fangoso de la Ciudad de México, en ese entonces llamada Distrito Federal.
Sus ondas expansivas provocaron que rebotará en el terreno provocando el desastre, la zona centro de la capital quedó severamente dañada. Quienes salían al exterior se percataban de un hecho insólito, edificios icónicos como el de Chapultepec número 18 se vinieron abajo.
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