En Quadratín San Luis Potosí, lo grande comienza
El paquete económico enviado por el Poder Ejecutivo Federal al Congreso de la Unión implica un incremento en la deuda pública; desde palacio se trata de justificar, con su cantinfleado estilo de falsear información, pero reconoce que habrá mas deuda el próximo año.
Ya se ha destacado que la deuda proyectada es mayor que la inversión, situación que deja al ejercicio de recurso financiero público muy comprometido para 2024 y de impacto indeseable para 2025; no perdamos de vista que los fideicomisos en CTI fueron extinguidos, el recurso que estaba en ellos ya acabado, y los guardaditos de la tesorería nacional también están por los suelos, luego del ejercicio sin planeación que la actual administración.
La proporción de curules le dan al proyecto del ejecutivo altísima probabilidad de ser aprobado tal y como lo mandó, el vaticinio es que no le moverán ni una coma.
Lo anterior se combina con el hecho que, en términos reales, el proyecto también incluye decremento para el Ramo 38; es decir, el presupuesto público federal destinado a Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, es todavía menor para 2024.
El resultado de esa combinación traerá potenciales recortes el próximo año en CTI, ya que nos ubicaremos en el contexto de año electoral, con limitaciones de gasto y estrés por cierres ante la entrega-recepción; independientemente del resultado del proceso electoral.
Este espacio ha sostenido, aun lo hace, que poner explicita la lucha contra la pobreza es un acierto cuatroteísta; no así el cómo han buscado la solución de este tema, toda vez que han destruido lo poco que funcionaba, medianamente al menos, en CTI y salud, por citar claros ejemplos.
Un endeudamiento mayor con bajo gasto de inversión e inversión en obra caprichosa (como estadios de béisbol y otros ejemplos mas) son pésima combinación económica.
Indudablemente la contienda por la Presidencia de la República es, y será en los próximos meses, un tema de medios y opinión en la mesa de cada hogar en México, pero no es menos importante la proporción de curules en el Congreso de la Unión, ya que es ahí donde se aprueba el presupuesto, hecho que, en la siguiente legislatura, podría permitir enderezar el rumbo del ejercicio fiscal anualizado después de 2024.
Como ha documentado esta columna, la CTI es una componente del desarrollo sostenible que lleva bienestar a la sociedad, en pleno Siglo XXI esa realidad se ha consolidado y diversos ejemplos se han ilustrado con diferentes países, es decir la CTI no es un tema de ideología, sino de prosperidad y crecimiento económico.
Por ello es que la actual administración de CONACYT es una piedra en el zapato de la flamante Huey Tlatoani, quien recientemente recibió el bordón de manos de su aun jefe político.
Y es una piedra en el zapato al menos por tres aspectos: (i) los tumbos desastrosos de torpeza política, (ii) particularmente, porque Claudia se presenta como científica y simpatizante de la CTI y (iii) debido a que la comunidad en CTI descontenta e insatisfecha con la gestión actual representa, por lo menos, varios cientos de miles de votos; aun está en veremos si el alcance de Claudia le permite mover piezas, desde ya, en su pretensión político-electoral.
Varios cientos de miles de votos será el margen real del proceso electoral; si bien faltan algunas definiciones y rumbo de actores relevantes, que podrían cambiar tal aseveración, ante el probabilísimo escenario de dos mujeres contendiendo se prevé final de fotografía.
De regreso al paquete económico para 2024, mientras son peras o manzanas en lo electoral, es recomendable que la comunidad en CTI prevea el escenario mas restringido financieramente, se ahorcarán programas de finamiento a proyectos, posgrados –que han sido dilapidados-, mantenimiento y actualización de equipo y obra civil; si siguen los disparates y no son detenidos por la SCJN, hasta el SNI está bajo amenaza; voluntaria o involuntariamente así lo está, al menos por presión en gasto público.