Libros de ayer y hoy
El tema de los libros de texto para educación básica ha desatado discusión recientemente; se han destacado desde errores en infografías, como la del sistema solar, hasta en la historia mexicana, como el natalicio de Juárez y la letra del Himno Nacional, errores que no deben minimizarse en porcentajes del total de caracteres impresos.
Aquí se ha comentado la ausencia de libro para matemáticas (https://sanluispotosi.quadratin.com.mx/opinion/sin-matematicas/); ahora el oficialismo argumenta, en voz del diseñador de esos libros, que los actuales tienen mas páginas sobre matemáticas que los impresos en anteriores administraciones.
La discusión sobre el número de páginas es un despropósito, es comparación absurda; no sólo es el número de páginas sino la organización temática y también el contenido que en las páginas se da cuenta.
No se equivoquen simpatizantes cuatroteístas, no se trata de defender los tiempos de otras administraciones, sino de que los libros de texto gratuitos sigan existiendo y que, cada vez mas, sean mejores textos para dotar de mayores competencias y capacidades a quienes como educandos ponen su futuro en manos del estado mexicano; tanto como las familias, millones de personas, pues, depositan la confianza en las instituciones públicas para que cada generación tenga mejores herramientas para la vida, incluidas sus relaciones personales, familiares, profesionales y comunitarias.
Desde la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, con decenios dedicados a la generación y aplicación de conocimiento con matemáticas, aquí se destaca que en los actuales libros hay “errores” que provocarán deficiencias en la abstracción matemática y, en consecuencia, el análisis crítico y lógico; la situación es mas profunda que el número de páginas para una materia u otra, es sobre la redacción de los libros.
Veamos un caso, las escasas componentes matemáticas en los citados libros incluyen un ejemplo para la multiplicación entre números enteros y positivos; en un gráfico se muestra cuatro mangos, seguidos del signo de multiplicar (denotado con x) y después de éste otros dos mangos.
Se espera que el educando calcule un resultado, con multiplicación, de 8 mangos; no obstante, si un educando curioso pone en su hogar 4 frutas al lado de otras 2 sólo verá 6 frutas no 8; situación que causará mayor confusión conceptual en etapas tempranas de la abstracción matemática, faltan elementos previos.
En etapas elementales, léase educación preprimaria y primaria, son primordiales e imprescindibles, para desarrollar el concepto básico de operación (suma, resta, multiplicación o división), la noción de espacio (algunas técnicas representan espacios mediante tapetes de diferentes colores y objetos que se colocan en estos), elementos de geometría (líneas, círculos y mas) tanto como el reconocimiento de patrones (es decir, cómo se ordenan objetos); luego de lo cual, una vez asimilados esos elementos, se puede utilizar a diferentes objetos para mostrar operaciones sin provocar confusiones.
El caso está en el método japonés, donde cada espacio de una multiplicación entre dos números enteros, por grandes que sean, se representan y ordenan en patrones de líneas rectas para uno de los números y otras, transversales a las primeras, para el segundo número a multiplicar; entonces el resultado está en los cruces de los dos conjuntos de líneas rectas (cualquiera persona interesada puede hallar ejemplos en internet y probarlo por sí).
Pues para ello se requiere primero entender la geometría (línea recta), identificación de patrones (orden y representación de cada número como líneas) y la noción de espacio (las líneas rectas transversales entre sí generan un plano), luego se obtiene el resultado.
Nada de esto está en los libros de texto que la actual administración pretende proveer a nuestras futuras generaciones; como este caso, otras materias se hallan en situación similar, no es asunto de número de páginas, sino de conceptos y la forma en que se escriben.