¿Por qué le temen a Alito?
Hugo Páez
“Ya está bueno de tanta pinche transa”, dijo Andrés Manuel López Obrador al cerrar la conferencia mañanera este lunes, en un inusual lenguaje para acentuar el descrédito del Poder Judicial y con el propósito de influir en el Senado la aprobación de la nueva ministro de la Suprema Corte de Justicia, de una terna que incluye a su favorita: Yasmín Esquivel Mossa, esposa del constructor obradorista por lustros, José María Rioboó.
Esta vez López Obrador no engaño con la verdad, la mentira a conciencia fue la presunta revelación de que su gobierno detuvo un abuso de 35 mil millones de pesos al evitar la devolución de impuestos a socios del Grupo Modelo, por la venta de acciones de la empresa por un monto de 260 mil millones de pesos.
Mentira porque la resolución, tal como se la atribuyó el presidente tenía meses en la Segunda Sala de la SCJN presidida por el ministro Javier Laynez Potisek, sin intervención alguna del gobierno, ni por omisión de la autoridad hacendaria.
En el 2013, accionistas del Grupo Modelo vendieron 49% de la empresa a la belga Anheuser-Busch InBev a través de una transferencia de acciones que tenía el grupo en la Bolsa Mexicana de Valores.
Los ex accionistas de la empresa recibieron 20,102 millones de dólares, de los cuales el SAT retuvo 5% del Impuesto sobre la Renta (ISR) de la venta.
Pasaron cinco años de la operación, el alegato es si las acciones vendidas eran de control o no, ya que la Ley del ISR establece que cuando se venden acciones de control, se retiene 5%.
Algunos de estas acciones eran de control y otras no, así que desde agosto se estableció en la SCJN que NO habría devolución de los 35 mil millones de pesos reclamados, sin embargo, las resoluciones no son materia mediática, por lo tanto siguió su curso normal, sin que mediara presión alguna del equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador o después de tomar posesión el 1 de diciembre del 2018.
En resumen, la resolución fue tomada con mucha anticipación en la SCJN, pero el equipo presidencial vio la oportunidad mediática de asestar un golpe mediante un albazo utilitario en la estrategia de la toma del control total de la Cuarta Transformación donde es imperativo debilitar al Poder Judicial.
Para efectos de impacto, López Obrador lograría un acto justiciero en el podio de Palacio Nacional que evitaría una especie de desfalco a las arcas públicas.
La información de la Corte fue utilizada para reforzar su posición moral en el Senado e imponer a la esposa de Rioboó, Esquivel Mossa, como primera opción para sustituir a la ministro Margarita Luna Ramos en la SCJN.
Las otras candidatas, Loretta Ortiz Ahlf, esposa de José Agustín Ortíz Pinchetti, y Celia Maya, quienes formaron parte de la anterior terna donde fue aprobado como ministro González Alcántara, de igual forma incondicionales del presidente, pero con Rioboó existe un vínculo contratista – gobierno que no necesita mayor explicación en la cultura gubernamental de nuestro país.
El escándalo de la mañanera del jueves pasado se centró en la intervención del Ejecutivo para cambiar la resolución en el Poder Judicial. La justificación moral de evitar el ‘robo’ de 35 mil millones de pesos lo perdona todo, e infiere que el Poder Judicial está infestado de jueces, magistrados y ministros corruptos, y/o que el gobierno de Enrique Peña Nieto fue cómplice de los accionistas de Modelo con el desgano burocrático para evitar la multimillonaria devolución de impuestos.
Por supuesto nadie cuestionó al presidente el porqué, si existía un contubernio entre la Corte y los accionistas, o del gobierno de Peña Nieto con estos, no se concretó la devolución de los impuestos antes de terminar el sexenio.
Tampoco fue cuestionado sobre cuál sería el motivo de que todos estos presuntos conjurado arriesgaran miles de millones reclamados esperando el arribo del nuevo gobierno, y también el cambio de ministro presidente Luis María Aguilar que dejó el cargo el 31 de diciembre a Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
¿Quién refutará al Presidente López Obrador la intención justiciera..? nadie.
El discurso del jueves, un día antes de dar a conocer la terna donde incluyó a la esposa de Rioboó es la narrativa de esa intención: “Siempre metían denuncias en contra de Hacienda, contra el SAT, que se les tenían que devolver. Últimamente llegamos y había un litigio en la Suprema Corte para que se les devolviera a los que vendieron la empresa Modelo, que la vendieron en 260 mil millones de pesos“.
“Estaban pidiendo algunos accionistas que como habían pagado Impuesto Sobre la Renta que se les devolviera y ya estaba un proyecto en la Suprema Corte a favor de que se les devolviera e intervenimos y, ¿saben qué? Se cambió la resolución y no se va a devolver ese impuesto“.
Este lunes, después del alud de críticas el fin de semana por Yasmín Esquivel, el presidente rebasó el límite de su propio lenguaje: “Ya está bueno de tanta pinche transa”.
Palabras de burla por el perdón a los capos del crimen organizado a quienes dice que no va a capturar, que no son su objetivo, ni los funcionarios de la administración saliente absueltos a priori y gozando de un exilio multimillonario rosa, o los personajes impresentables reclutados por la Cuarta Transformación: Napoleón Gómez Urrutia, René Bejarano, Elba Esther Gordillo, Manuel Bartlett, y muchos más.
Ya está bueno de tanta pinche burla.