En Quadratín San Luis Potosí, lo grande comienza
En algunos medios se ha publicado un comunicado enviado por el Sistema Nacional de Investigadores, SNI, de la oficina del ejecutivo federal para Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI; como referencia y ejemplo vea el oficio mostrado en https://educacion.nexos.com.mx/las-finanzas-del-conhacyt-entre-la-espada-y-la-pared/
El documento de la liga, la final del párrafo anterior, presenta cifras de la condición financiera del consejo nacional para CTI, a fin de expresar lo que en este espacio se ha dicho: Las políticas públicas actuales son catastróficas para quienes dedican su tiempo y trabajo a la generación y aplicación del conocimiento en México.
Son avisos del desastre por venir.
En el oficio en comento, replicado en la citada publicación, se le notifica la cancelación anticipada a la persona destinataria, como terminación unilateral, a su convenio con el SNI (la réplica del oficio no incluye el nombre destinatario, hace bien, por la protección de datos personales en posesión de terceros).
Es un acto de autoridad que pretende fundarse en un reglamento, instrumento normativo de menor rango, por lo que la persona afectada podría acudir a la protección del Estado para que le ampare ante los efectos.
De magnificencia petulante, el signatario del oficio concede a la persona destinataria “5 días, contados a partir del día siguiente de la notificación, para que manifieste lo que a su interés convenga”, se puede leer en el penúltimo párrafo de esa misiva; eso que aún no se ha concretado la presencia castrense en la toma de decisiones de ese consejo.
El acto arbitrario del ejecutivo federal sobre una persona con membresía en el SNI, uno de los únicos dos programas que precariamente subsisten en materia de políticas públicas federales para CTI, va precisamente, por las propias decisiones de ese consejo, en contra de una política pública de fomento y fortalecimiento a la generación y aplicación del conocimiento; la verborrea sobre la “soberanía tecnológica nacional” de la directora será exhibida por la contundencia de la realidad, ya hay muchos indicios, aunque induzcan retardos no tardará en suceder.
Un acto de cancelación anticipada, arbitrariamente unilateral, implica que a cualquiera persona con membresía vigente en el SNI se le puede cancelar la beca que recibe.
De hecho, ese acto de cancelación adelantada incrementa la incertidumbre y provoca angustia sobre la comunidad mexicana en CTI; es relevante decir que la tranquilidad mental y la certidumbre proveen condiciones para que la generación y aplicación del conocimiento sea consolidada, tanto en las carreras personales como en las instituciones.
Lo contrario obstaculiza la capacidad creativa, de análisis y discusión de resultados metodológicamente veraces y reproducibles.
El destrozo de la CTI nacional será inevitable ya que esta condición de incertidumbre y ansiedad laboral, como es el caso reciente en México, se combina con la ausencia de recursos financieros públicos a la par de políticas restrictivas y prohibitivas para establecer vínculos con el sector productivo privado.
Como en una cascada, por ese acto, luego de desproteger los ingresos de profesionales de la CTI con posiciones laborales vigentes en México, lo que sigue es que cualquier persona no desee estudiar posgrado en nuestro país.
Lo anterior se potencia ante los hechos que las condiciones socioeconómicas ya abren muchas posibilidades de manutención y enriquecimiento a la juventud; ¿cómo convencer a una persona que estudie posgrado en México si verá que las personas investigadoras tienen condiciones desventajosas?
Así, como eso, una seguidilla de eventos catastróficos serán consecuencia de las torpes políticas públicas en CTI que ha definido la administración federal actual.
Habrá que reiterar, la cancelación anticipada es desastrosa y forma parte de un conjunto de torpezas administrativas impulsadas por quien sonriente recibió el premio nacional de ciencias de manos de EPN y en su discurso sólo agradeció.